En la sesión ordinaria de octubre, los académicos de número, Luis Riveros Cornejo y Carlos Peña González, abordaron los grandes desafíos que enfrenta Chile en materia educativa, desde la calidad y la gestión del sistema hasta el rol formativo de la enseñanza en la construcción de ciudadanía.
El pasado lunes 27 de octubre de 2025, la Academia celebró su sesión ordinaria del mes, en la que expusieron el exrector de la Universidad de Chile, Luis Riveros Cornejo, y el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña González, quienes reflexionaron sobre los principales desafíos y transformaciones que enfrenta el sistema educativo chileno, abordando temas como la calidad, la actualización curricular y el sentido formativo de la educación en una sociedad diversa y democrática.
El primero en intervenir fue el vicepresidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, Luis Riveros, quien señaló que “las universidades chilenas han avanzado mucho en materia de calidad y en la implementación de políticas que incentivan la excelencia en la docencia, la investigación, la gestión y la vinculación con el medio. Es notable que once universidades chilenas figuren entre las cincuenta mejores de la región latinoamericana. El sistema de aseguramiento de la calidad tiene mucho que ver con estos resultados; sin embargo, el país no ha sido capaz de instaurar un sistema similar en la educación escolar y preescolar. Tenemos un problema serio en cuanto a las prioridades”.
Un reto fundamental —continuó— se refiere a la necesidad de actualizar el currículum y las metodologías de enseñanza. […] El problema de fondo es cómo lograr este cambio, que deberá ser abordado recurrentemente debido a la dinámica propia del avance del conocimiento. Por supuesto, creo que las estructuras ministeriales son algo limitantes para actuar con la oportunidad y celeridad necesarias para atender las demandas de cambio en los contenidos y enfoques educativos. Se requiere una reorganización que permita respuestas eficientes y una mirada de largo plazo”, agregó.
Al concluir su exposición, Riveros advirtió que “los retos para Chile en materia de educación son, en mi opinión, enormes y difíciles de abordar en una sola gestión de gobierno. Si no se enfrentan con una visión más trascendente, seguirá decayendo la calidad formativa y la contribución de la educación al país, con todas las consecuencias sociales y económicas que ello implica. Toda reunión de expertos coincide en las fallas existentes y subraya la necesidad de adoptar cambios con sentido estratégico. Necesitamos una visión de largo plazo y una gestión que se oriente por esa visión como fuente ordenadora de la política pública educacional”.
Funciones de la educación y modificaciones en el sistema educacional
Posteriormente, intervino el académico de número Carlos Peña, quien afirmó que “por una parte, es imprescindible tener en cuenta las funciones esperadas de la educación: qué esperamos de ella, por qué las sociedades la consideran fundamental y cuáles son las expectativas que, en una sociedad como la nuestra, depositamos en la educación. Esa es una cuestión; la otra se refiere a cuáles son los niveles del sistema escolar o de la práctica educativa en los que habría que introducir rediseños o cambios radicales”.
Asimismo, afirmó que “el principal problema de rediseñar la educación —que es, a mi juicio, el problema central de nuestra sociedad— radica en que, en una sociedad abierta, diversa y plural como la que tenemos hoy en Chile, no es posible concebir unilateralmente el diseño del sistema escolar. Una sociedad como la nuestra debe atender a lo que yo llamaba la función eugenésica, y compatibilizarla con la dimensión política de la educación, que consiste en crear virtudes ciudadanas”.
En su conclusión, Peña enfatizó que “uno podría elaborar una matriz de doble entrada, poniendo de un lado cinco funciones y del otro tres niveles, y así obtener quince alternativas posibles de rediseño. Pero nada de esto ha sido considerado en el debate. El debate que hemos sostenido en Chile durante casi los últimos veinte años ha sido de un magnífico simplismo: unidimensional, unilateral y sin atender a la complejidad que este asunto reviste”.