En la sesión ordinaria de noviembre, las doctoras en sociología, Martina Yopo Díaz y Consuelo Araos Bralic, abordaron los desafíos que enfrenta el país en materia de natalidad, envejecimiento poblacional y transformación cultural.
El pasado lunes 24 de noviembre de 2025, la Academia celebró su sesión ordinaria del mes, en la que expusieron las sociólogas, Martina Yopo Díaz y Consuelo Araos Bralic, quienes reflexionaron desde distintas perspectivas sobre la vida familiar, el futuro demográfico y la cohesión social de Chile.
La primera en intervenir fue la doctora y magíster en Sociología por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, Martina Yopo, quien señaló que “Chile está viviendo transformaciones demográficas muy profundas. [..] Lo que vamos viendo, y es una de las profundas transformaciones demográficas, que junto al profundo descenso en los nacimientos, hay también un aumento en la mortalidad, que son efectivamente dos tendencias que están llevando a poner en juego la estabilidad y sostenibilidad demográfica de la sociedad en Chile”.
“Las cifras actualizadas -Instituto Nacional de Estadísticas y Naciones Unidas- muestran que hoy Chile tiene una de las tasas globales de fecundidad -número promedio de mujeres por hijo- más bajas a nivel mundial. Nosotros tenemos hoy una tasa global de fecundidad más baja que Japón y que España, que son países que históricamente han tenido transiciones demográficas mucho más avanzadas, y que llevan décadas de implementación de políticas para lograr revertir esas tendencias”, agregó.
Al concluir su exposición, Yopo advirtió que “nosotros no vamos a volver a tener nacimientos que nos permitan volver a estar por, iguales o sobre la tasa de nivel de reemplazo. Entonces nosotros vamos a tener que reorganizar nuestra sociedad en un contexto de bajos nacimientos, población envejecida y decreciente. Esa es la realidad. […] No vamos a revertir esta situación. Entonces, otro de los mensajes claves es que tenemos que adaptar nuestros sistemas sociales claves de educación, trabajo, economía, salud, pensiones y cuidado a una realidad demográfica que llegó para quedarse”.
Fomentar la natalidad más allá de lo transaccional
Posteriormente, intervino el doctora y magíster en Ciencias Sociales por la École Normale Supérieure de Paris, Francia, Consuelo Araos, quien afirmó que “la sociedad se diferencia en múltiples ámbitos funcionales, economía, derecho, educación, salud, ciencia, y la pertenencia a grupos primarios queda supeditada a la participación en esos sistemas especializados. Esto debilita el acoplamiento entre la continuidad del orden social y la reproducción biológica con efectos demográficos significativos. A medida que esto se intensifica, se debilitan las expectativas colectivas en torno a la procreación”.
Asimismo, afirmó que “la sociedad moderna exige a las personas una creciente combinación de rendimiento, movilidad y autoafirmación individual, mientras que ofrece menos referencias normativas, simbólicas o comunitarias que sostengan una valoración compartida de la procreación. Lo notable, me parece, es que nunca la decisión de tener un hijo ha dependido tan radicalmente de una elaboración personal como hoy en día. Por eso la natalidad deja de darse por sentada y pasa a vivirse como una decisión improbable y riesgosa”.
En su conclusión, Araos enfatizó que “como recuerda Pedro Morandé, en el horizonte de una sociedad que mide todo, la comunidad familiar es una de las pocas experiencias que aún quedan de algo que no tiene medida. A la luz de todo lo anterior, me parece que cualquier política o iniciativa orientada a fomentar la natalidad por incentivos, reducción de obstáculos, mejor calidad de vida, debe ir más allá de lo transaccional. Tiene que contribuir a recuperar espacios concretos donde el mundo pueda experimentarse como don”.