Palabras del Presidente de la Academia en funeral de Óscar Godoy Arcaya

“Con gran pesar, la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, y yo personalmente, nos acercamos a despedir los restos de nuestro viejo amigo, uno de los más antiguos miembros de nuestra corporación.” 

Conocí a Oscar Godoy cuando todavía estaba yo en el colegio y él era un brillante universitario. Eran tiempos de grandes inquietudes culturales y políticas, y Oscar destacaba como un líder intelectual del pensamiento conservador. Años después escuché entre académicos nacionales e incluso extranjeros, el gran aprecio que tenían por su talento y personalidad.

Sólo volvimos a encontrarnos, realmente, cuando yo fui recibido en la Academia el año 1995. Sus intervenciones, al cabo de estos casi 30 años, me parecieron siempre a mí de las más sólidas y brillantes.

Su conocimiento de la filosofía, en particular de Aristóteles y de su escuela, fueron notables y su pensamiento supo empalmar los clásicos, como el Estagirita, con pensadores modernos, en particular con Alexis de Tocqueville, de quien ha sido el mayor conocedor y divulgador en Chile en las últimas décadas.

Este conocimiento de su persona, fundamentalmente académico, se enriquece en mi memoria con momentos y situaciones puntuales reveladoras, y con algunas conversaciones personales.

Así por ejemplo una, probablemente a fines de los 80, en algún encuentro en el Instituto de Ciencia Política de la PUC que dirigió muchos años, donde impresionó a los que allí estábamos con una reflexión -dicha con la fuerza, convicción y lucidez que acostumbraba- acerca de la transparencia y el sentido de verdad que a su juicio brotaban siempre de las palabras del entonces Papa Juan Pablo II, quién acababa de visitar Chile, característica de ese pontífice que hacía hondo impacto en él.

Otra circunstancia especial la constituye para mi su fiel amistad con un amigo muy cercano mío -y bien distinto de Oscar-, el rector Juan de Dios Vial Correa. El Dr. Vial asumió la rectoría de la Universidad Católica en tiempos difíciles y el profesor Oscar Godoy fue un leal apoyo y consejero suyo. Años más tarde, en la década pasada, en la cercanía del Rector Vial y de Raquel su esposa, supe por ellos valorar más aún a Oscar, su vecino de casa que a menudo en ese tiempo los visitaba (para hablar sobre todo de la Universidad, pero no solamente).

Hay todavía otro encuentro que no puedo dejar de recordar. Se produjo providencialmente en la sede de la embajada de Chile ante la Santa Sede cuando él era embajador de nuestro país ante la República de Italia. Fue una conversación personal, profunda, sincera, que hizo un recorrido breve y esencial de nuestro tiempo vital. Fue una ocasión para conocernos más seriamente, y creo que también apreciarnos mutuamente.

Oscar Godoy fue un hombre de fe y muchos lo recordamos siguiendo con atención la misa dominical de mediodía en la histórica iglesia de la Veracruz, cercana a su casa, su parroquia.

Que el Señor Jesucristo, que prometió resucitar al fin de los tiempos a quienes profesaron fe en Él, resucite también ese día a Oscar Godoy para la bienaventuranza eterna*.

Jaime Antúnez Aldunate

* Despedida leída al término de la misa exequial en la iglesia Inmaculada Concepción, Vitacura, el sábado 22 de abril 2023.