Lucía Santa Cruz: “Starmer: El triunfo de la moderación”

La académica de número se refiere al triunfo del Partido Laborista en las elecciones generales del Reino Unido en su columna de El Mercurio.  

La alternancia en el poder es una parte esencial de la democracia; catorce años de gobierno puede ser un tiempo muy largo y no necesariamente o siempre conveniente. En este sentido, el triunfo del Partido Laborista en la reciente elección en el Reino Unido ha sido recibido, en general, como una buena noticia para sus habitantes. Un cambio de gobierno reafirma la conveniencia de mantener contrapesos y equilibrios al poder, para que este sea sometido cada cierto tiempo al escrutinio público. Es muy probable que en una democracia representativa convivan partidos más liberales, los cuales promueven la libertad como eje central de sus políticas, junto a otros, de carácter socialdemócrata, que luchan por mayores grados de igualdad. Que ambos puedan alternarse en el gobierno, sin amenazar la estabilidad, garantiza la representación de los diversos intereses y opiniones existentes; introduce perspectivas diversas para enfrentar los problemas públicos, y permite la competencia entre las fuerzas políticas y con ello más innovación en las ideas y estrategias para enfrentar problemas. También, es importante que los votantes puedan expresar su descontento con el partido en el gobierno y por eso, tras varios desatinos del Partido Conservador inglés y su actual división y confusión, es positivo el advenimiento de sir Keir Starmer al poder.

Ahora bien, ello sólo ha sido posible en virtud de la evolución que el nuevo Primer Ministro ha introducido en el laborismo, reforzando su matriz socialdemócrata a expensas del ala más de izquierda de raíz marxista. Al asumir, Starmer eligió subrayar ante todo su moderación, y explicitó: “yo represento la moderación y la estabilidad y hay que reconocer que debemos cambiar el camino” y convocó a sus huestes a “mostrar que este partido ha cambiado y gobernaremos para cada persona de este país”. Su lema es “Country first, party second” (el país primero, el partido después) y agregó: “Si Ud. votó laborista o no, de hecho muy especialmente si Ud. no lo hizo, le digo derechamente que mi gobierno lo servirá a Ud.”.

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