José Rodríguez Elizondo: La propuesta de nueva Constitución “crea riesgos donde no los había”

El académico de número afirma que la Convención generó un texto que debilita al país en una entrevista con el diario La Tercera.

Si le piden aclarar el sentido del título de su último libro, presentado esta semana (Vía constitucional a la revolución. Chile entre el estallido, la plurinacionalidad y el plebiscito), al diplomático, académico y periodista José Rodríguez Elizondo se le ocurre algo: “Estamos ante un proyecto de revolución socialista en busca de autor”.

Para el premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2021, “en el background de esta revolución están la implosión de la URSS, la conversión de China al sistema capitalista de producción y la frustración de las revoluciones castrochavistas. A partir de ese vacío, sus activistas sustituyen el proletariado clásico por los pueblos originarios y cambian la voz ‘revolución’ por ‘refundación’. Esto explica su aspiración arcaica al ‘buen vivir’ de los indígenas, en reemplazo de la utopía futurista de Marx. La mayor dificultad del experimento está en que los pueblos mapuches nunca se han sometido a enganches políticos ajenos. Lo reconoció don Alonso de Ercilla. Lo más novedoso es que su motor de arranque es el neoconstitucionalismo de Hugo Chávez. ‘Juro por esta moribunda Constitución’, dijo, al asumir vitaliciamente la Presidencia”.

¿Qué razones lo inclinan al Rechazo?

La principal es que quiero seguir siendo ciudadano de un Chile histórico y unitario en su diversidad. Convertirlo, por un acto de ingeniería política, en un Estado de 12 naciones -incluyo la chilena, no mencionada en la propuesta- es despotenciarlo. En un mundo arcangélico no sería problema, pero sí para un país de configuración geopolítica complicada, con una historia de conflictos vecinales recurrentes. Debilitarnos gratis es crear riesgos donde no los había. Me asombra que en la Convención no se hayan analizado los eventuales efectos diplomáticos, económicos, estratégicos y geopolíticos de la plurinacionalidad, eje indesmentible de la propuesta.

¿A qué apunta cuando dice que en la Convención “lograron licuar” la plurinacionalidad?

Es curioso que se haya soslayado el “evismo” boliviano como su fuente inmediata. Sus gestores camuflaron el concepto mediante la sinonimia “comunidades-pueblos-naciones”, y lo mecharon con voces de apariencia afín, como “interculturalidad” y “regionalización”. Además, se remitían a fuentes remotas, como Canadá, España y Nueva Zelandia. Embolinaron tanto la perdiz, que recién ahora otros convencionales confiesan no haber pensado en la diferencia entre poblaciones, culturas, pueblos, naciones y Estados. “Sospechosa la cuestión”, diría Bombo Fica.

>> Texto completo en el diario La Tercera