El académico de número aborda los mensajes más importantes que el Presidente Gabriel Boric tansmitió en su discurso a los ciudadanos de Chile en una columna de El Líbero.
Todavía resuenan los ecos de la Cuenta Pública presidencial del 1 de junio. Qué duda cabe: el discurso compite ahora por la atención de las audiencias en un ambiente poblado de noticias, ruido y espectáculos. Sic transit Gloria Perez, según escribió irónicamente Manuel Cabrera Infante en una de sus novelas a propósito de una fugaz figura.
¿Que nos dejan entonces esos ecos efímeros, antes de desaparecer?
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En primer lugar, una verdadera batalla de mensajes buscando desvirtuar que el país habría entrado en una fase de normalización y estabilización, como planteó el Presidente Boric en su propio mensaje.
Uno habría esperado una reacción más favorable ante dicho mensaje, al menos inicialmente. A fin de cuentas, hace bien a la sociedad acariciar la idea, aunque sea por un instante, de que las cosas mantienen o han recuperado un cierto equilibrio y que se hallan, en tal sentido, sujetas a ciertas reglas, bajo un relativo control.