El académico de número analiza los diversos modelos de universidades públicas a partir del siglo XIX en su columna del diario El Mercurio.
La disputa ideológica entre universidades estatales y no estatales en torno a su carácter público amenaza con desembocar en un crudo pleito presupuestario. ¿Cómo interrumpir esta dialéctica? Tal vez un antídoto se encuentre en la historia de la idea moderna del vínculo Estado-universidad. Efectivamente, los principales modelos surgidos en la Europa occidental durante el siglo XIX —el francés o napoleónico, el prusiano o humboldtiano, y el británico asociado a la tradición colegial— dan cuenta de la compleja variedad de formas que adopta ese vínculo, lejos de cualquier razón monetaria.
El modelo francés arranca con el cierre de las universidades durante la revolución en 1793, acusadas de ser fortalezas de reacción eclesiástica y tradicionalismo aristocrático. Napoleón restituyó su nombre y creó la universidad imperial (1808), verdadero ministerio que tomaba exámenes y administraba centralizadamente el sistema escolar. Asimismo, impulsó las grandes écoles, formadoras de élites profesionales en variados saberes teórico-prácticos como ingenieros, alta administración, normalistas, artes, comercio, ciencias políticas, obras públicas y mando militar. Hoy son más de 200, un tercio de ellas privadas.
Mientras, hasta 1968, la universidad estuvo ausente del campo del poder académico, sin el prestigio de las ‘grandes écoles’ y desprovista de investigación, actividad reservada a las academias de ciencias. En este esquema, entonces, lo público se confunde con la formación de una “nobleza de Estado” (Bourdieu); una tecnocracia ultra seleccionada y preparada para dirigir su país. De ninguna manera este modelo—que viajó a Rusia, Italia, Portugal y España, para luego aterrizar en nuestra región latinoamericana— propicia pues una visión puramente administrativa o presupuestaria de lo público. Más bien, muestra una profunda afinidad con fenómenos burocráticos y de circulación de élites tecnocráticas.