José Joaquín Brunner: “Mérito, distinciones y confusiones”

El académico analiza el concepto del mérito en su columna habitual en el diario El Mercurio.

Como enseña la sociología, el mérito es asimismo diferente del logro—o sea, un resultado conseguido o alcanzado—y del talento, entendido como una capacidad innata. En el ámbito educacional, estas necesarias distinciones son a veces extraordinariamente difíciles de establecer. Y se prestan para confusiones.

Estos dos meses de vacaciones de los centros educacionales—de todos los niveles y tipos—representan una pausa anual dentro del ciclo del esfuerzo destinado al estudio y a la formación.

En tal sentido suele decirse que estudiantes y docentes merecen un descanso; han hecho méritos. Y, en reconocimiento de ello, gozan ahora de una pausa antes de retomar el esfuerzo en marzo próximo.

Efectivamente, hay mérito en el trabajo, en el estudio y en todo esfuerzo individual o colaborativo desarrollado libremente y orientado hacia una meta socialmente positiva como las mencionadas.

En cambio, no es un mérito personal enamorarse, ni es meritorio recibir una herencia ni ser un genio infantil en algún arte o deporte. Acciones como estas que dependen de circunstancias fortuitas, o de fuerzas exteriores o de la clase social en la cual uno nace o de habilidades naturales no son propiamente meritorias. Ni merecen tampoco el tipo de reconocimiento que se reserva para el esfuerzo personal.

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