El académico de número examina uno de los cuatro pilares de la educación propuestos por la UNESCO en su columna de El Mercurio.
Saber hacer, el famoso know how, es el último de los cuatro pilares de la educación —junto al saber conocer, saber ser y saber convivir (Unesco, 1996)— que hemos venido revisando en anteriores columnas. ¿En qué consiste?
El propio Informe citado sitúa a este saber en el dominio de la aplicación. Sería la habilidad práctica mediante la cual operamos sobre el entorno y solucionamos problemas utilizando conocimientos especializados. Por lo mismo, lo vincula, sobre todo, con la formación y el ejercicio de las profesiones. Y, por este concepto, con la educación superior.
Si antes tenía importancia como preparación para una tarea material bien definida, la fabricación de algo, dice dicho documento, hoy, en cambio, este saber es aprendizaje “para tareas de producción más intelectuales, más cerebrales —como el mando de máquinas, su mantenimiento y supervisión— y tareas de diseño, estudio y organización, a medida que las propias máquinas se vuelven más inteligentes y que el trabajo se desmaterializa”.