Jorge Peña: “El error es el abuso de una verdad”

El académico de número aborda diversos temas de su nuevo libro, “La conjunción: una clave antropológica”, en una entrevista con El Mercurio.

En contra -decidido, irrevocable, rebelde- de la voluntad de sus padres, eligió la filosofía. Llegó a ella gracias a Dostoievski, gracias a las “malditas cuestiones eternas”, como las llamaba el escritor ruso, esas que inquietan nuestra vida, asuntos imposibles sobre los que deberíamos callar, pero que no podemos abandonar sin renunciar a nosotros: el bien, el mal, la libertad, la muerte, la culpa, la fe, la razón, el tiempo, la eternidad, el cuerpo, el alma, Dios. 

“Llegué a la filosofía a través de la literatura, a través de mi pasión por Dostoievski y las cuestiones quemantes”, cuenta Jorge Peña Vial (1952), filósofo y profesor de la Universidad de los Andes. “Cuando le planteé a mis padres mi decisión de estudiar filosofía… Claro, los padres son los principales abortivos de las vocaciones humanísticas, porque la pregunta típica es: ‘¿ De qué vas a vivir?’. Y yo, con mi ingenuidad de adolescente, contesté: ‘La pregunta fundamental no es de qué, sino para qué voy a vivir’. Entonces, ante mi decisión que parecía irrevocable y persistente, me dijeron: ‘¿ Por qué no vas a ver a tu tío filósofo -que era Juan de Dios Vial Larraín, hermano de mi madre- para que te indique qué es la filosofía, los problemas que hay’”. 

Peña habló con su tío y la respuesta fue: “No, no, no. La filosofía es un tema que requiere cierta madurez que un joven de 17 años no tiene. Tú haz antes una carrera, por ejemplo, derecho, y después dedícate a la filosofía”. “Ante su planteamiento”, recuerda, “yo pensé: ‘Este es un instrumento de mi madre, de mis padres’. Y en rebeldía, dije: ‘Estudiaré filosofía’. Entré a estudiar en la Católica en el año 70, en momentos muy turbulentos en la historia de Chile. Había una adhesión a la huelga, un activismo político… bueno, era la época de efervescencia política. Entonces, ante esta situación, que no se estudiaba filosofía en la facultad, postulé a irme a España. Y fui a estudiar el pregrado en la Universidad de Navarra, cosa que no se debe hacer, porque hay que ir al extranjero a hacer un doctorado. Y bueno, ahí hice la carrera de filosofía”.

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