Jorge Correa Sutil: “Los efectos del Rechazo”

El académico de número examina lo que ha dicho el Presidente Boric respecto de lo que ocurrirá en el país tras el plebiscito en una columna publicada en el diario El Mercurio.

El viernes, el Presidente decidió cambiar de estrategia para favorecer el Apruebo. Pasó de la afirmación falsa de que, de no aprobarse la propuesta convencional, volveríamos a la Constitución de los cuatro generales, a la verdad a medias de que en ese evento deberá empezar lo mismo de nuevo. Cabe destacar que, al adoptar una y otra postura, Boric no alaba el texto preparado por la Convención ni explica por qué Chile será mejor bajo la vigencia de ese texto, sino que pinta como horroroso el resultado rival.

La estrategia gubernamental puede producir algunos réditos. No es poca la gente hastiada con los excesos y payasadas de los convencionales o incluso con el ánimo confrontacional que genera la campaña, que pueda inclinarse a aprobar con tal de no repetir —como dice el Presidente— el mismo ciclo.

El debate constitucional comienza a encaminarse hacia donde debiera. En eso las palabras del Presidente son virtuosas. Lo que debemos evaluar al votar el 4 de septiembre no es tanto un texto y tampoco el proceso que le dio origen. Lo que tenemos que juzgar es cómo se transformará Chile si gana el Apruebo y cómo nos irá si gana el Rechazo.

¿Se repetirá todo de nuevo si gana el Rechazo? Desde luego, cabe afirmar, sin temor a errar, que ello no es jurídicamente obligatorio. En esto la columna del domingo de Carlos Peña se equivoca. No existe ninguna expresión de voluntad política que haga jurídicamente vinculante la elección de una nueva Convención si gana el Rechazo. El inciso final del artículo 142 de la Constitución es claro, al prescribir: “Si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución”. En su momento, el diputado Boric se opuso a ello, pero su postura no tuvo eco. A mayor abundamiento, los preceptos que regulan la elección de los convencionales están plagados de fechas, lo que deja de manifiesto que fueron diseñados para una sola vez y su vigencia está ya agotada. En un sentido político, las palabras del Presidente, en cambio, aciertan en lo grueso, aunque no en la imagen que instalan. Hay amplio acuerdo en que si gana el Rechazo habrá que retomar el proceso constituyente en aras de una nueva Constitución. Ni el camino ni el método están determinados. Ese proceso podrá asemejarse o diferir con el que ya vivimos. Nunca será igual, la historia no se repite. El camino y el método debe decidirlos el poder constituyente, donde el Presidente tiene participación, pero no hegemonía. Con sus palabras del viernes, el Presidente ofende al Congreso, pues se atribuye un poder que debe compartir con este.? Lo que sí es cierto es que el Rechazo obligará a retomar el proceso constituyente. Eso tomará tiempo, recursos y energía. Mantendrá también abierto un grado de incerteza.

>> Texto completo en El Mercurio (bajo suscripción)