El académico de número dedicó unas entretenidas décimas al Presidente, la Convención Constitucional, al Senado y al Banco Central en el diario El Mercurio.
Disculpe el atrevimiento
si me pongo a versear
no es na’ por considerar
tenga pa’ esto talento
sólo uso el instrumento
pa comentar la semana
a ver si esta se allana
a ser así relatada
y quedar pincelada
con claridad meridiana.
Por ser 18 me encacho,
otros cueca bailaron,
ese baile interpretaron
más perdíos que borracho
era toh un mamarracho.
Pá superar la vergüenza
d’ escribir así en la prensa
a puetas m´encomiendo
mis palabras voy midiendo
así a nadie haga ofensa.
Volvió ya el Presidente
no se sabe a qué fue
yo, harto suspicaz, pensé
que al hombre l’era urgente
salir de este ambiente
que le ha salío tan duro
parece hubiera conjuro
pa’ que todo le salga mal
como si eso fuera normal,
a decirlo me aventuro.
Parece el guatón Loyola
no se ha perdío combo
ha si’o grande el quilombo
el hombre perdió l’ aureola
en medio de la bataola
hasta alienígenas vio
de tan duro que la vivió
yo a veces me apiado
de tan aciago resultado
por eso el viaje le valió.
Otra cosa es la Convención
ya asoma su Reglamento
a mí me pone contento
pues esa es su función:
avanzar a una Constitución
q’a todos nos interprete
a todo este ramillete
que somos los chilenos
a todos, ni uno menos
la tarea compromete.
Pero pegaron un resbalón
cuando entraron a los quórums,
no repitan con referéndums.
si eso está en la Constitución
pa qué enredaron la cuestión.
Otra cosa es Rojas Vade,
ese la verdad evade
pero no todos son culpables
ni menos son punibles,
eso no me persuade.
El cuarto retiro se vota
éste no pasa el Senado
ya le puso el candado,
ya se viene su derrota
es proyecto en bancarrota.
Esta vez el Banco Central
se opuso terminal,
con inflación amenazó
el proyecto atenazó
¿qué bailará entonces Jiles?
¿ya no habrá festejos miles?
No. Esa fiesta fracasó.
Por la patria festejemos
que el Covid va de salida
parece salvamos la vida,
por eso entonces brindemos
y mascarillas aguantemos
Yo lo hago por doctores
y de la salud trabajadores,
brindo por Paris y Daza,
van conjurando la amenaza;
para ellos, ramos de flores.