El académico de número se refiere a su nuevo libro, “Ajuste de cuentas. Salvador Allende y la renovación de las izquierdas” en una entrevista con Ex-Ante.
-Escribiste un artículo largo en la revista Santiago sobre “Salvador Allende”, de Daniel Mansuy. ¿Este libro es una respuesta a Mansuy?
“Evidentemente, el libro de Mansuy fue un estímulo, un punto de referencia muy importante que gatilló mi interés en esto. Pero más que una respuesta, es un complemento. Lo que trato de ilustrar en el libro es mirar a Allende desde los ojos de hoy: en especial, los procesos de cambio social, la construcción de coaliciones y el papel que juega el liderazgo. Trato de hacer un diálogo entre Allende y su tiempo, pero a partir de los dilemas que enfrentamos actualmente”.
-¿Dirías que Allende es una figura que está latente en estos tiempos?
“Allende fue un personaje fundamental de la historia del siglo 20. Desde su acción como dirigente gremial, como eterno candidato, fue una suerte de maestro del pueblo; diseñó una retórica que construyó una visión de Chile bastante cercana a la de Neruda. Luego tiene la experiencia del gobierno, que yo analizo con cierta profundidad en el libro. Y finalmente tiene este acto suicida que para algunos fue sublime, pero para otros será cobarde.
Algo que suele olvidarse es que Allende en cierto modo determinó el carácter del régimen militar. Lo obligó a una radicalidad a la altura de lo que había sido su muerte. Y también obligó a la izquierda chilena a ajustar cuentas con su legado. El impacto de Allende sobre estas dos grandes corrientes, la socialista y la comunista, fue enorme”.