El académico de número analiza el momento político actual del Presidente Gabriel Boric en una entrevista con El Mercurio.
Un Congrego indomable, dos coaliciones en fricción permanente y una agenda dominada por temas tan desafiantes como la crisis de seguridad son algunos de los complejos factores que por esto días tienen en una alta tensión al Presidente Boric. ¿Hay soledad? ¿Cómo continuar? ¿Debe optar por un camino? Aquí, conocedores del poder – y sus problemas – esbozan respuestas.
– Con dos almas cuyas diferencias no se acercan. ¿En qué posición está Boric?
Una muy incómoda. Tenderá a mantenerlo en una posición de permanente ambigüedad que le hará muy difícil desarrollar una gobernabilidad eficaz en momentos de bajo respaldo popular, de problemas económicos, políticos, sociales, migratorios y sobre todo de alarma extendida acerca de la criminalidad.
“Habiendo quedado atrás el proyecto refundacional, al Presidente le queda como objetivo evitar un gobierno de retroceso social y de inseguridad, y mejorar gradualmente su acción con realismo.
Para ello deberá dejar de lado en buena parte su pericletado programa y tratar de llegar al final de su período como un gobierno sensato y bien intencionado, que aprendió de la realidad y que dejó de lado su doctrinarismo fantasioso encarnado en el primer proceso constitucional.
Eso requiere necesariamente romper con la actual ambigüedad y optar por el rumbo reformista. No podrá hacerlo sin graves disensos e incluso rupturas al interior de la izquierda radical, tanto de sectores más cercanos como de una presión maciza del PC”.