El académico de número crítica el avance del populismo legislativo en el oficialismo en su columna de El Mercurio.
A pocos meses de que la izquierda deje el gobierno, los diputados de un partido de gobierno (el PS), del que uno esperaría más responsabilidad y seriedad, acaban de desplegar una batería de medidas populistas que solo le harán más daño a nuestra ya debilitada economía. Desoyendo las advertencias del ministro de Hacienda de su propio gobierno, se han puesto súbitamente “creativos”, proponiendo eliminar la UF, presentando un recurso al Tribunal Constitucional contra el proyecto sobre permisología (que busca destrabar los nudos gordianos kafkianos que tienen paralizada la inversión) y, además, acaban de aprobar en la comisión de Trabajo un proyecto que suprime el límite de indemnización por años de servicio. Eso no se trata, por supuesto, de medidas que busquen beneficiar o que vayan a beneficiar al “pueblo”: son propuestas efectistas que buscan captar votos para sus reelecciones como diputados, son populismo puro y duro, populismo que ya conocimos en el tiempo de los “retiros”, populismo que aquí y en el resto de Latinoamérica solo ha provocado menos desarrollo y más pobreza. Su propio ministro de Hacienda les ha advertido de las desastrosas consecuencias de esa batería de medidas efectistas, pero a ellos no les importa, porque ellos no sufrirán las consecuencias, las sufre el chileno de a pie.