En una columna del diario El Mercurio, el académico de número y el investigador de Clapes UC, Carlos Williamson, abordan los riesgos y críticas al proyecto de ley que crea el Fondo para la Educación Superior (FES).
El proyecto de ley que crea un nuevo sistema de financiamiento público a la educación superior (FES) fue aprobado en general por la comisión de Educación de la Cámara. La iniciativa legal suprime el CAE y lo reemplaza por el FES, un aporte del Estado a todos los estudiantes de la educación superior que requieran financiar sus estudios con fondos públicos.
La propuesta significa un cambio radical en el sistema de financiamiento que amenaza frenar el desarrollo de las instituciones y desmotivar a los futuros profesionales, ejes vitales en el progreso de los países. Robert Lucas, premio Nobel de Economía, señalaba que “la principal fuerza que explica el crecimiento es la acumulación de capital humano: el conocimiento”. En la historia moderna, la mayor evidencia sobre la importancia de las universidades en la prosperidad económica, social y cultural de los países ha sido su rol en la formación de profesionales como su liderazgo en los procesos de innovación, que explican alrededor del 50% del progreso de la humanidad en el último siglo.
Pero ¿cualquier sistema universitario produce ese tipo de conocimiento? Claudia Goldin, premio Nobel de Economía, afirma que Estados Unidos lidera el “Siglo del Capital Humano”, refiriéndose al siglo pasado y al presente, dando singular relevancia a la capacidad de reacción de la oferta educativa a la nueva demanda por conocimiento. Eso exige flexibilidad, competencia, transparencia y la relevancia de contar con financiamiento mixto público y privado, aspectos virtuosos de la regulación universitaria norteamericana.