El Mercurio destaca la visita del Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas a Chile para incorporarse como Académico Honorario de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.
Benigno Pendás se encuentra hoy en la cumbre de su prestigio intelectual. Es un escritor de calidad y un jurista que ha reflexionado lúcidamente sobre cuestiones filosóficas, artísticas, constitucionales y políticas. Ocupa un lugar de cabeza en la vida cultural española”, escribió hace pocos días el intelectual Luis María Ansón en el periódico El Español.
El elogiado abogado y cientista político acaba de llegar a Chile para participar en la conmemoración de las seis décadas de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, fundada en septiembre de 1964 y hoy dirigida por Jaime Antúnez. En el tradicional edificio del Instituto de Chile, Pendás será recibido como académico y pronunciará un “Elogio a las virtudes cívicas en la era global”, como ha titulado su discurso.
“Benigno es nombre frecuente en el norte de España, de donde procede mi familia. Así que estoy obligado a ser ‘bueno’ y eso me beneficia mucho. Como decía Sócrates, los buenos somos más felices”, comenta con mucho humor el historiador y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad CEU San Pablo. Actualmente Pendás preside en España la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Explica que “a través de mi trayectoria, mi gran inquietud ha sido la defensa de la libertad bajo el imperio de la ley, lo que se llamaba ‘eleutheria’ en la Grecia clásica, única forma digna de la vida genuinamente humana. Para ello hace falta practicar la política del sentido común, sin ideologías extremistas, buscando la moderación y el equilibrio. Así hemos creado la sociedad ‘menos injusta’ de la historia y así hay que seguir en el camino de las reformas útiles”.
“Vivimos una encrucijada de la historia y no podemos conformarnos con tópicos posmodernos”, dice Pendás.
Autor del celebrado ensayo “Democra- cias inquietas”, que ganó el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, Pendás ha escrito “La ciudad de las ideas” (2014), “La sociedad menos injusta” (2019) y “Biografía de la libertad” (2022), entre otras obras. El académico recibió, años atrás, un encargo del gobierno español para realizar un amplio estudio sobre la desconfianza de la política. También ha dirigido el Instituto de Estudios de la Democracia.
Reflexiona que “hoy el populismo de uno y de otro signo aprovecha la debilidad de las instituciones. Si los partidos nucleares no ofrecen soluciones eficaces, están dejando el camino libre para que triunfen los enemigos de la democracia constitucional. En general, la derecha moderada olvida las ideas y solo se ocupa de una gestión tecnocrática. Por su parte, la izquierda se complace en una visión idílica de sí misma y no admite críticas. Es urgente un debate ideológico para reforzar los fundamentos de la democracia”. En este contexto, según Pendás, “precisamente las virtudes cívicas deben ser una respuesta a la crisis: sentido de la responsabilidad; defensa del mérito; primacía del interés general; capacidad de diálogo. Vivimos una encrucijada de la historia y no podemos conformarnos con tópicos posmodernos”.
Los intereses de este catedrático son amplios. Ha sido patrono de los museos del Prado y Santa Sofía y escribió un libro sobre Diego de Velásquez, el célebre pintor de “Las Meninas”. “Velásquez fue un artista excepcional, un ‘científico’ de la pintura que aporta elegancia a cada uno de sus personajes que pinta, sean reyes o mendigos. Además, fue hombre de su tiempo, en la corte madrileña del siglo XVII. Para un historiador de las ideas, Velázquez es un ejemplo de la fecunda relación entre arte y política”.
– ¿Cree que es necesario “descolonizar” la historia y el pensamiento, como plantean algunos?
“Como liberal genuino, tengo una visión ilustrada y cosmopolita del mundo, muy lejos de las identidades excluyentes que empobrecen nuestra visión de la realidad. El amor a la propia tierra es plenamente compatible con una perspectiva amplia. Los españoles tenemos una gran ventaja: somos europeos y somos americanos, sin olvidar el espacio singular del Mediterráneo. ¿Descolonizar? La historia es como es, para bien y para mal. Hay que contarla con veracidad, ya lo decía don Quijote. No me gusta por eso el paternalismo ni la visión sesgada que pretende simplificar problemas complejos”.
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