Agustín Squella: “Una díada porfiada”

En su columna de El Mercurio, el académico de número reflexiona sobre la vigencia y el sentido de las categorías “derecha” e “izquierda” en la política actual.

Vengo de un diálogo abierto en la Universidad Diego Portales sobre “las izquierdas en Chile”, como antes hubo otro acerca de “las derechas”, aunque con diferentes participantes. Y noten ustedes el atinado uso de los plurales, puesto que estamos recién habituándonos a utilizarlos en reemplazo de los homogéneos singulares, como hacemos ahora también con “liberalismos”, “socialismos” y otras expresiones que dan mejor cuenta de las realidades a que nos referimos. Se habla hoy también de “vejeces” y de “niñeces”, porque estas son edades de la vida que están siempre cargadas de las biografías de quienes son niños o viejos. Son muchos los factores personales, económicos, sociales y de otro tipo que hacen que la vejez no sea uniforme en todos los casos, lo mismo que pasa con la niñez.

Reivindicar los plurales pone de manifiesto la complejidad que a menudo tendemos a desconocer.

Pero lo más llamativo es que en ese diálogo se continuara hablando de “derecha” e “izquierda”, una díada que se mantiene vigente no obstante el discurso de muchos que, tanto desde uno como otro de esos sectores, intentaron por largo tiempo postular su olvido en nombre de qué se trataba de un anacronismo ya superado. “No hay derecha ni izquierda ¯pregonaban muchos¯, porque todos vamos en el mismo barco”, olvidando que algunos van cómodamente instalados en camarotes de lujo, otros en cuartos mucho más pequeños, algunos tendidos en hamacas, en bodegas o sobre la cubierta, sin desconocer a los que nadan desesperadamente en el mar tratando de subir a la embarcación. Y sin olvidar tampoco quién capitanea el barco. ¿Recuerdan que también se decretó la muerte de las ideologías, y eso porque las que predominaban no eran del gusto de algunos?

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