El académico de número analizó el concepto de república y su importancia para los gobiernos y las sociedades en una columna del diario El Mercurio de Valparaíso.
El significado más común de la palabra “república” remite a un gobiemo que se opone a la monarquía, es tal es la razón por la que todas nuestras Constituciones Políticas han sido llamadas “de la República de Chile”, poniendo así de manifiesto que monarquía no somos y que hace ya más de dos siglos dejamos de ser colonia de una monarquía europea.
“República” tiene también otro sentido, banal desde luego, que aparece cuando hablamos del “espíritu republicano” de ciertas ceremonias cívicas que tienen efecto de producirnos alguna emoción patriótica tan intensa como efímera. El Presidente, haciendo ingreso al Congreso Pleno para dar su cuenta a la nación, el funeral de Estado que se lleva a cabo de un exmandatario muy querido por la población, el ingreso del Presidente de la República arribando a La Moneda en medio de dos filas de carabineros que le rinden honores.
Pero ojo: hay un tercer sentido de la palabra “república” que se relaciona con un gobiemo y una sociedad proba, un gobierno y una sociedad en que se trabaja para el bien común y no para el de los propios gobernantes o de grupos o clases de ciudadanos, un gobierno y una sociedad de personas virtuosas, o al menos medianamente virtuosas si es que “virtud” sonara a mucha palabra. En este nuevo significado, “república” incluye también división y separación de los poderes del Estado, que es una de las maneras más eficaces para que nadie concentre un poder exagerado o pueda invadir otras instancias de poder público.