El académico Eugenio Tironi y el filósofo Daniel Mansuy, como invitado, expusieron sus reflexiones respecto de la organización e importancia de las comunidades civiles y las instituciones políticas.
En la pasada sesión de septiembre, la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, sesionó para reflexionar acerca de las comunidades civiles, las instituciones y la política.
El primero en exponer fue el escritor, sociólogo y académico de número Eugenio Tironi Barrios, quien presentó el tema desde el dinamismo de la sociedad civil y cómo han evolucionado las comunidades a través de la participación en nuevas organizaciones alejadas de la política y los partidos.
Tironi comenzó su exposición hablando acerca de las corrientes sociales y una breve historia de cómo surgieron las primeras organizaciones comunitarias. De la mano del Estado desde 1920 hasta el gobierno de Frei Montalva “se produce un gran expansión particularmente por la migración campesina y la visión comunitaria de tipo poblacional, esto continúa abajo Allende, y luego, si bien el golpe militar congela esta expansión y destruye muchas organizaciones sociales, luego con la Iglesia católica se produce un renacimiento de estas organizaciones que tendrían un papel muy clave en el retorno a la democracia”.
Luego el sociólogo destacó una investigación del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, que muestra que desde 2005 a la fecha se han creado más de 17 mil organizaciones al año, de las cuales 214 mil están activos, vale decir, han elegido directiva en los últimos 5 años. Están agrupadas principalmente en torno al deporte, la recreación, adultos mayores, sindicatos, innovación, población y emprendimiento.
Otras organizaciones sociales dedicadas a temas de superación de la pobreza y el hambre y protección de derechos, tienen un menor número, pero por un mayor alcance como sería por ejemplo el caso del Hogar de Cristo. “Esto muestra una sociedad civil bastante vibrante”.
Eugenio Tironi finalizó su ponencia, hablando sobre la dependencia financiera las organizaciones con el Estado, el alejamiento de los partidos y la influencia de las redes sociales, “en su relación con la con el mundo político y el Estado primero hay un alejamiento muy marcado entre organizaciones y los partidos políticos, esto indica que estos últimos ensimismados digamos en su función y rituales y enamorado de su propia endogamia se distanciaron de la sociedad civil que en el pasado había buscado en ello una fuente de articulación y representación”.
El segundo en exponer fue el Doctor en Ciencias Políticas y profesor de Filosofía de la Universidad de los Andes, Daniel Mansuy Huerta, quien explicó la realidad de la sociedad civil en Chile a través de los análisis sociales de Alexis de Tocqueville.
Mansuy comenzó su presentación dando un encuadre sobre el funcionamiento de las sociedades y cómo opera el Estado bajo un tejido social que antecede al propio Estado “no es lo mismo gobernar una masa de individuos atomizados que una sociedad civil organizada y robusta, son desafíos completamente distintos y que tienen su propio riesgo como bien mostró Hannah Arendt hace ya mucho tiempo y quizás el primer autor en ver esta cuestión compleja con nitidez fue Alexis de Tocqueville”, explicó.
“Según Tocqueville la reunión con otros y de aquí el énfasis que él da a la asociatividad humana, el hombre alcanza bienes muchos más elevados de los que alcanzaría solo y esta intuición es fundamental”, dijo.
Luego continuó reflexionando acerca de qué tipo de entidad o qué tipo de legitimidad estamos dispuestos a concederle a la sociedad civil y el desprestigio de la política versus el prestigio de la ciudadanía. “Hoy día cualquiera iniciativa que se presente como ciudadana es como si fuera puro, en cuanto opuesto a lo político, sería interesante seguirle la historia, cuando el concepto de ciudadanía adquirió esa supuesta pureza y sobre todo como opuesto a lo político”.
Según Daniel Mansuy, este hecho tiene oculto un fenómeno más profundo, las referencias comunes están que cada día más diluidas o cada día tienen menos pertinencia, “los grandes puntos de referencia de la derecha y la izquierda eran respectivamente la nación y la clase. Ambos puntos de referencia se referían a comunidades particulares situada a mediaciones singulares, pues bien con el tiempo, la derecha abandonó la nación como punto de referencia y la izquierda también abandonó la clase”.
El académico terminó su reflexión analizando la desacreditación de las instituciones y la “individualización de las sociedades”.