El exconvencional, Ruggero Cozzi, y el Presidente Emérito de la Academia, José Luis Cea, expusieron, en la sesión ordinaria de julio, sus visiones sobre lo que es una Constitución y acerca del proceso constitucional chileno.
La sesión de julio de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales tuvo como ponentes al exconvencional, Ruggero Cozzi, y al Presidente Emérito de la Academia, José Luis Cea, quienes expusieron sus visiones acerca de lo que es una Constitución y también compartieron sus impresiones sobre el proceso constitucional chileno.
El primero en intervenir fue el abogado, Ruggero Cozzi, quien se refirió a la dimensión política de las constituciones. “Toda Contitución está determinada por el contexto histórico en que tiene origen y, a mi juicio, cada Constitución refleja el rechazo del pasado reciente y un proyecto colectivo de futuro (…) Entonces, qué pasado quisimos dejar atrás y qué futuro quisimos proyectar en la Convención Constitucional chilena”, afirmó.
A continuación, el exconvencional habló sobre la influencia de las experiencias constituyentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia en la Convención Constitucional chilena. “El profesor Allan Brewer Carias afirma que en estos modelos la Constitución se transforma en una gran mentira, en una promesa formulada para no ser cumplida, siendo la característica esencial de los regímenes populistas el estar basados y utilizar la mentira como política de Estado”, agregó.
Para finalizar, Cozzi aseguró que “toda Constitución tiene que ser deferente con quienes son minoría al momento de redactarla. De lo contrario encontrará, naturalmente, la más férrea oposición y resistencia de quienes se sienten amenazados ante la posibilidad de quedar excluidos del juego democrático. Lamentablemente, bastante de eso ocurrió en la Convención Constitucional, lo cual es sin duda un error”.
Luego fue el turno del Presidente Emérito de la Academia, José Luis Cea, quien reflexionó sobre lo que es una Constitución. “La Constitución es la ley suprema de cada Estado o nación, símbolo de su soberanía e independencia. Es la carta magna que organiza y dispone el ejercicio y el control del poder, limitándolo para beneficio de los gobernados y del gobierno que sean efectivos la gobernabilidad”, aseveró.
El expresidente del Instituto de Chile explicó que la Constitución, según el constitucionalismo, está lejos de condensar la suma de promesas cuya materialización aparece garantizada en su texto. “Ella es una obra abierta a la consecución del bien común, logrado progresiva y paulatinamente, con esfuerzos de estatales y privados, es decir, a través del respeto, la solidaridad y la energía que unifica a un país en el avance de su cultura democrática”, afirmó.
Concluyó su exposición afirmando que “la Constitución como debe ser es típica de las sociedades pluralistas y de ideas, recursos y grupos, se caracteriza por la tolerancia, la diversidad de partidos y doctrinas, la paz, la procura de la vida cada vez con una mayor igualdad, pero siempre reconociendo en la libertad y la justicia los valores definitorios de una nación integrada y no dividida entre enemigos”.