En la sesión ordinaria de abril, el abogado, diplomático y político, Hernán Felipe Errázuriz Correa, y el académico de número, José Rodríguez Elizondo, analizaron el estado actual de la democracia en los países de Latinoamérica.
La sesión de abril de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales tuvo como ponentes invitados al abogado, diplomático y político, Hernán Felipe Errázuriz Correa, y al académico de número, José Rodríguez Elizondo, quienes reflexionaron sobre el estado actual de la democracia en las naciones de América Latina.
El primero en intervenir fue el ex ministro de Relaciones Exteriores, Hernán Felipe Errázuriz Correa, quien explicó que “la democracia no es el régimen más popular en el mundo, salvo en Europa y en América, y a pesar de su enorme progreso desde la desintegración de la Unión Soviética, ha sufrido retrocesos en países como Polonía y Hungría, y vive situaciones críticas en Israel, Túnez y Sudán”.
“De acuerdo a la Universidad de Gotemburgo, la democracia en América Latina se encuentra estancada desde el año 1989. En nuestro continente está claro que después de los progresos enormes de los años ochentas y noventas, comenzó un deterioro en los últimos quince años con los casos de Venezuela, Nicaragua y Haití, y un caso aparte es Cuba, que no es una democracia desde hace 63 años”, afirmó.
Para finalizar, Errázuriz expresó que no existirán cambios profundos en la situación democrática de los países de la región, que continuará el congelamiento de la democracia en el continente y que la calidad de la democracia será menor, “pero que no se avizora que haya ambiente para un golpe de Estado en ninguna parte como ruptura más absoluta de la democracia”.
Luego fue el turno del académico José Rodríguez Elizondo, quien manifestó que de acuerdo al estudio de opinión pública de Latinobarómetro en 2017 “América Latina estaba entre las regiones más profundamente defraudadas con la democracia representativa, a tal punto que había decaído peligrosamente la afirmación de que la democracia soluciona problemas“.
“Yo veo dos pronósticos polares para América Latina: uno donde alternan el poder gobiernos democráticos de minoría y dictaduras plurinacionales o refundacionales, y otro, con el fin de los ciclos de dictaduras y democracias representativas, debido a que hoy existen nuevas formas de relación entre el Estado y la sociedad civil, sin partidos políticos del formato tradicional y sin la democracia nacionalmente representativa”, agregó.
En su exposición, Rodríguez Elizondo concluyó que “el síndrome regional muestra alternativas de futuro sin democracia representativa; que reducir la gravedad del diagnóstico a una crisis de la política implica soslayar la necesidad de estrategias de acción para recuperar y/o potenciar la democracia realmente existente; que en la base de esas estrategias debiera estar la respectiva unidad nacional de emergencia; que las estrategias de recuperación suponen ciertos mínimos comunes; y que sin estrategias de recuperación la integración regional será tan impensable como una mayor incidencia en el contexto del poder global”.