Dr. Otto Dörr: “La eutanasia y el valor de la vida”

El académico de número de la Academia Chilena de Medicina responde en esta columna del diario El Mercurio a la publicada en el mismo medio por el académico de número, Carlos Peña sobre el proyecto de ley que busca legalizar la eutanasia en Chile.

El rector Carlos Peña ha desarrollado (columna del domingo 18 de abril) un potente argumento a favor de la eutanasia activa. Él distingue dos formas de concebir la vida: como teniendo un valor en sí misma y en ese caso el Estado estaría obligado a defenderla a cualquier precio (y por ende, no permitir la eutanasia), o considerando que su valor deriva de la posibilidad de que “en ella se realice un plan de vida sostenido por la imaginación y por la voluntad del sujeto que la vive…”, y que, por lo tanto, “el valor de la vida… está ligado indisolublemente al sentido que le insufla quien la vive”. En este caso sería “el mismo valor de la vida lo que impide que el Estado se entrometa…” (vale decir, debe permitirla).

Esta distinción reproduce en cierto modo dos posturas opuestas frente a la realidad que han marcado la historia de Occidente, al menos desde el Racionalismo francés del siglo XVIII: la de los que creen en un Dios trascendente que sería la fuente de todo sentido y, por lo tanto, también de la vida, y la de los que prescinden de esta creencia e interpretan al ser humano como producto azaroso de la evolución y cuyo valor radicaría en lo fundamental en la libertad de decidir cada cual su destino. Este tipo de posturas polares se muestra también en otros ámbitos, como es en el caso de la filosofía entre el idealismo alemán y el empirismo inglés, en biología entre el vitalismo y el materialismo, en la ética, entre las posturas deontológicas y teleológicas, etcétera. Pero también se observan frente a problemas específicos como el aborto, la idea de familia y, por cierto, la eutanasia.

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