José Rodríguez Elizondo: “Israel vs. Hamas: premisas y preguntas sobre una guerra previsible”

El académico de número analiza una serie de hipótesis vinculadas a la historia y a la actualidad del conflicto entre israelíes y palestinos en su columna de El Líbero.

La guerra de Israel contra Hamas está preñada de preguntas para quienes quieren entenderla desde la racionalidad. La primera incide en su increíble previsibilidad.

En columnas anteriores dejé en claro (espero) que los políticos israelíes ilustrados la respondían asertivamente: cualquier gran desgracia era previsible. Con Yitzhak Rabin y Shimon Peres a la cabeza, advertían a religiosos, colonos y rivales políticos -entre los cuales Biniamin Netanyahu- que volver a las fronteras bíblicas era una utopía pues no hay victoria militar eterna sobre adversarios irreductibles. De esa idea nacieron los encuentros de Madrid de 1991, los Acuerdos de Oslo de 1993 y el reconocimiento de la Autoridad Palestina (AP) liderada por Yasser Arafat. Tragando sapos ideológicos o místicos, todos -israelíes y palestinos- debían negociar “paz por territorios”.

También coincidían en esa previsibilidad los mejores intelectuales israelíes, entre los cuales el prestigioso escritor David Grossman. En su reportaje El viento amarillo -escrito en 1987, vísperas del vigésimo aniversario de la Guerra de los Seis Días- entrevistó a palestinos y colonos de los asentamientos, develando la intensidad de los odios mutuos y el escapismo de “no ver la desgracia que se nos avecina”. Transcribo las dos siguientes frases de su última página: “La experiencia histórica mundial demuestra que una situación como la que nosotros mantenemos aquí no puede durar mucho tiempo. Y, si dura, exigirá un precio de muerte”.

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