José Joaquín Ugarte: “El derecho a la vida del nascituro”

El académico de número argumenta  sobre las razones del derecho a la vida del ser humano que está por nacer en una columna del diario El Mercurio. 

Hallándose en tramitación un proyecto de ley que autoriza el aborto libre hasta cierto número de semanas de la gestación, creemos del caso hacer algunas reflexiones sobre el derecho a la vida del embrión y del feto, es decir, del nascituro.

1. Para saber si el que está por nacer tiene derecho a la vida desde el momento de la concepción, es preciso determinar si desde aquel momento es ya un ser humano. Hay quienes consideran al ser humano solo como sujeto biológico; y quienes, como Aristóteles, piensan que en él el principio de la vida es espiritual.

2. Punto de vista meramente biológico. La biología nos dice hoy que en la célula inicial del hombre, huevo o cigoto —como en la de los animales y las plantas— hay un código genético que contiene el programa de todo el desarrollo cualitativo: diferenciación celular, formación de tejidos y órganos, y cuantitativo: crecimiento; de modo que del embrión unicelular al individuo adulto se llega sin necesidad de nueva información genética. Además, el código genético dirige toda la actividad biológica de los vivientes hasta la clausura de su ciclo vital con la muerte. De aquí se sigue incuestionablemente que el sujeto biológico hombre comienza con el huevo o cigoto o embrión unicelular, en el momento de la concepción.

3. Punto de vista de la inmaterialidad del alma humana. Para quienes, como Aristóteles, piensan que el principio de vida o alma (psijé, en griego) en el hombre es inmaterial y viene de afuera, siendo de origen divino (Aristóteles, “Del Alma”, 408 b; “Generación de los animales”, 736 b), también la persona humana comienza con la concepción, toda vez que el alma es la que da su organicidad humana al cuerpo, y el cuerpo del hombre tiene organicidad humana desde la concepción —lo que Aristóteles no supo—, gracias al código genético.

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