José Joaquín Brunner: “La educación en las Constituciones”

El académico de número analiza cuáles son los aspectos de la educación que habitualmente son incorporados en las Constituciones de los Estados en su columna del diario El Mercurio.

¿Qué enseña la experiencia comparada sobre la consagración constitucional del derecho a la educación? Por lo pronto, que es un derecho individual y social, de carácter civil y político. Sobre él descansa el desarrollo de las capacidades y libertades humanas. Además, hace posible la transmisión de valores entre generaciones.

Ahora, ¿cuáles aspectos de la educación son habitualmente incorporados en las Constituciones de los Estados nacionales y en el derecho internacional?

En primer lugar, precisamente, su carácter de derecho fundamental y libertad esencial de la esfera familiar. Según expresa sucintamente la Constitución española: “Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza”. Esta díada inseparable es parte de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Enseguida, las Constituciones enuncian la finalidad de la educación y su orientación. En el caso español, “el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Esta es la tradición liberal, ahora amenazada por la tecnificación de la vida y el autoritarismo político y cultural.

Ambos aspectos —estatuto de derecho y finalidad— se hallan presentes también en el nuevo constitucionalismo latinoamericano (NCL), expresados ahí con una retórica más comprometida ideológicamente, hacia la cual avanza también nuestra Convención.

Por ejemplo, la Constitución boliviana declara: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación. […] La educación es unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad. La educación es intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo. El sistema educativo se fundamenta en una educación abierta, humanista, científica, técnica y tecnológica, productiva, territorial, teórica y práctica, liberadora y revolucionaria, crítica y solidaria”. Nada frenó allí la barroca imaginación del constituyente.

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