En entrevista con el diario El Mercurio, el académico de número analizó el escenario del próximo plebiscito.
Por un momento, breve, el exministro José Joaquin Bruner se permite respirar y contemplar la vista de la cordillera nevada que tiene desde su departamento en Providencia. “Espléndido”, dice.
La pausa dura poco. El extitular de la Segegob -que mantiene su tono modulado y pausado, que a algunos les hace recordar a los profesores antiguos- tiene claro lo que quiere decir.
En los últimos días ha visto cómo las exfiguras de su sector, la antigua Concertación, han levantado la voz para hacer ver los puntos que no los satisfacen de la nueva propuesta de Carta Fundamental. Entre ellos su ex “jefe” en La Moneda, Eduardo Frei.
“El tiene la virtud de ser muy claro y decidido. No sabía lo que iba a decir, pero por las veces en que hemos conversado, me parecía que era posible que lo hiciera”, asevera.
Sin embargo, él se siente más cercano a la posición y el tono del expresidente Lagos. “El da una visión donde no pone el énfasis en el voto, sino en el camino que estamos siguiendo. Y yo me siento muy parte de eso”.
-¿Tiene decidido su voto?
-No. Hay un tiempo para reflexionar y otro para votar. Hoy no me interesa tanto que el que vaya a votar lo haga así o asá. Me interesa ver por qué está pensándolo y qué es lo que significa. Me interesa mantener la conversación, con todo lo apasionada o intensa que sea. Y en ese punto de vista, me he dicho a mí mismo que voy a decidir cuando llegue el momento de votar, que aún no llega.
-Entonces, no se identifica ni con el Apruebo ni con el Rechazo puro.
-Efectivamente. No me identifico como alguien que crea en el cierre del ciclo. Estoy en un amplio y diverso mundo que puede aprobar con observaciones, a veces drásticas, o que puede rechazar, para volver a partir.
“Vengo diciéndolo desde hace un año: este es un proceso que nos va a tomar buena parte de la década. Cualquiera que sea el resultado, va a ser nada más que el cumplimiento de una etapa. Tras el 4 de septiembre vamos a pasar a otro momento. .O pero lo que está claro es que se seguirá adelante. Esto no va a terminar solo porque votamos”.
-Las encuestas parecen mostrar algo definitivo. La gente quiere una nueva Constitución, pero no la que se hizo en la Convención. ¿Ud. concuerda?
-Tengo esa impresión. Creo que el país mayoritariamente quiere acuerdos transversales. Y lo que ocurrió con la Convención, que hizo cosas interesantes, es que no logró crear una plataforma transversal de acuerdos, sino que trató de generar un programa casi de gobierno, un modelo de sociedad en el que los que ganen impondrían a los que obtengan la segunda mayoría. Eso no es lo que el país necesita.
“Además, el supuesto de que el país necesita ser refundado es una visión muy alejada de la realidad. Y eso se refleja mucho en el texto, que es muy de causas, muy partisano, muy de lograr un modelo nuevo. Todas esas son cosas para la discusión ideológica, pero para desarrollar al país, me parece insuficiente. La sociedad quiere cambios, pero los quiere en márgenes de orden, pacíficamente logrados, seriamente hechos, que no desbarranquen la economía ni el funcionamiento de la sociedad. Y eso es porque la sociedad chilena de hoy está en un momento conservador. Está preocupada fundamentalmente de la ley, del orden y la seguridad”.
