El académico de número reflexiona sobre los aprendizajes del Gobierno del Presidente Gabriel Boric, los partidos políticos y la sociedad chilena en los últimos años en su columna de El Mercurio.
De pronto se pusieron de moda. Representan el nivel de aprendizaje logrado a lo largo de un período de tiempo. Permiten establecer expectativas sobre el plazo para dominar un asunto.
El Presidente Boric empleó esta figura al presentar a su nuevo subsecretario de Redes Asistenciales, destacando su extensa experiencia y conocimiento de la función: porque en este momento, dijo, “no hay espacio para curvas de aprendizaje, hay que llegar a actuar”. Daba a entender así que ya no había margen para improvisar, para errores, ni siquiera para aprender haciendo.
El Presidente lo sabe mejor que nadie. Desde el primer día debió seguir una empinada curva de aprendizaje. Asimismo su gobierno, forzado a transitar desde un programa maximalista y refundacional hacia uno minimalista y de objetivos convenidos con la oposición. Todo esto en un cuadro de fuerzas adversas y ante una opinión pública exasperada. Pienso que Boric exhibe una trayectoria ascendente bajo enorme presión.