Jorge Correa Sutil: “La derrota y la verdad”

El académico de número reflexiona sobre la actualidad del Gobierno del Presidente Gabriel Boric en su columna del diario El Mercurio.

Simone Weil afirmó que existía una estrecha relación entre la derrota y la verdad. La frase sintetiza con precisión la angustiosa encrucijada por la que atraviesa el Gobierno y la coalición que lo apoya, a quienes, junto con la derrota, se les aparecieron no una, sino varias verdades incómodas.

La más patente, pero no la única derrota del Gobierno, es la que sufrió el 4-S. El Presidente tiene responsabilidad en ella al no haberse jugado para frenar las demasías de la Convención y haberse comprometido más de la cuenta en la campaña. En un primer momento, La Moneda exteriorizó que el revés no representaba más que la pérdida de una oportunidad, pero que no habría merma en el poder de unas autoridades recién elegidas, de modo que no se necesitaría cambiar el rumbo, sino solo la velocidad. Aún hoy algunos personeros oficialistas continúan repitiendo, como un mantra inútil, que no se ha renunciado al programa ni a la agenda, como si la política se tratara de abrazar o renunciar creencias y no de lograr realizaciones.

Pero la derrota se ha demostrado como algo más que un bache en el camino. Más que una piedra que se tenga que vadear, esta parece haberse incrustado en la carne del caminante y amenaza con tenerlo cojeando por largo tiempo. Es que el documento que se plebiscitó, más que una Constitución —que suelen ser textos jurídicos, reglas vinculantes del ámbito político—, era un manifiesto pletórico de declaraciones que reflejaban un modo de ver el mundo, una simbología y hasta una estética que identifica a una parte de Chile.

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