Jorge Correa Sutil: “De nuevo los indultos”

El académico de número analiza la repercusión política de los indultos otorgados por el Presidente Gabriel Boric en su columna de El Mercurio.

Los indultos perseguirán al Presidente como una negra sombra fantasmal hasta el final de su gobierno. La publicación de las fundadas recomendaciones de Gendarmería de no otorgar seis de ellos ha vuelto a encender esa inconveniente hoguera para el Gobierno y su Presidente, que ahora ha declarado que actuará como un perro de presa en contra de la delincuencia, una frase que ya habría resultado un despropósito en su antecesor, tan aficionado al lenguaje ampuloso.

Los antecedentes que ahora se han conocido muestran un prontuario de cinco delitos previos en el caso de Luis Castillo. En todos, salvo el de Mateluna, Gendarmería consigna un alto nivel de riesgo de reincidencia y falta de conciencia acerca del mal causado y recomienda no beneficiarlos con el indulto.

Por cierto, el Presidente ejerció una prerrogativa que le es exclusiva y la recomendación de Gendarmería no lo obliga. Los problemas para el Gobierno son dos, uno, tal vez el que más incide en el rechazo ciudadano y que ya no tiene solución, es el haber indultado a personas condenadas, en un país cuya principal y más intensa demanda al poder político es la de la seguridad ciudadana. La Moneda y muy particularmente la ministra y el subsecretario del Interior lo han entendido a cabalidad; pero cuando el Presidente declara que actuará como perro de presa, los indultos le hacen perder credibilidad.

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