Eugenio Tironi: “Seguir a Góngora”

El académico de número reflexiona sobre el próximo plebiscito constitucional en Chile en su columna en el diario El Mercurio.

Quedan días para el segundo plebiscito de salida. Lastimosamente, llegamos al final igual como empezamos: con dos bloques inamovibles y ante una propuesta que carece de un respaldo transversal. Habremos de elegir. Al hacerlo no hay que perder de vista lo que nos tiene aquí: el estallido social de octubre de 2019, que puso en jaque a la democracia chilena. Fue para desactivar una movilización social que alcanzó tintes destructivos que se puso en marcha el proceso próximo a terminar. Recordarlo ayuda a comprender sus zozobras y lo que está en juego.

La tesis del historiador conservador Mario Góngora es que Chile fue una sociedad construida desde el Estado, como lo ha evocado Hugo E. Herrera en un libro reciente. Él era el “mediador general entre todos los intereses”, aunque con “el deber especial de proteger a las capas miserables de la población”, para lo cual otorgaba prioridad al “arte político” sobre la economía. Pero la “planificación global” neoliberal arrasó con ese “fondo ético colectivo”. Fue una revolución de marca mayor que, en nombre de la libertad y la subsidiariedad, instaló coercitivamente un orden contractual organizado en base a opciones individuales e incentivos económicos, lo que vuelve a cada cual responsable de sus logros y fracasos.

Aquello funcionó bajo distintos regímenes y gobiernos. Fue la época dorada: el crecimiento económico cubría cualquier falla o mal presagio; el mercado laboral recompensaba generosamente la inversión de las familias en educación; el acceso a nuevas oportunidades incitaba a soportar cualquier abuso; la población, aún rozagante, no llenaba los hospitales ni pensaba en pensionarse.

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