Entrevista al Académico de Número Don Jorge Cauas Lama

Político y académico. Egresó del Instituto Nacional y es Ingeniero Civil por la Universidad de Chile. Militó en la Democracia Cristiana y trabajó directamente en el comienzo de la administración del presidente Eduardo Frei Montalva. Tiene un Master en Economía por la Universidad de Columbia y fue Ministro de Hacienda en (1974-1976). 

Publicada en la Revista Societas Nº18, 2016.

José Luis Cea: Quizás tú nos podrías contar previamente algunas ideas y recuerdos acerca de tu formación, colegio donde estudiaste. Por ejemplo, ¿qué influyó en tu formación? Asuntos que tú evoques así.

Jorge Cauas: Ustedes tienen mi biografía ¿verdad? 

José Luis Cea: Pero así, de viva voz ¿en qué colegio estudiaste? 

Jorge Cauas: Estudié en el Instituto Nacional. José Luis Cea: Bueno, gran experiencia. Eso ¿en qué años ocurrió? 

Jorge Cauas: Entre 1946 y 1952. 

José Luis Cea: ¿Era la Presidencia, por lo tanto, de Juan Antonio Ríos? 

Jorge Cauas: Claro, de esa época. Fue un período extraordinariamente agradable. Realmente, del Instituto tengo el mejor de los recuerdos. Me preguntaba recién José Luis si recordaba a alguno de mis compañeros. Claro que sí. De ellos, nombró a Urbano Marín. Tengo de él el mejor recuerdo de ese entonces. De las oportunidades que he tenido después de estar con él, siempre me impresiona su calidad humana. Él fue Presidente de la Corte Suprema. 

José Luis Cea: Y los maestros tuyos ¿qué tal? El Instituto era un colegio con grandes profesores. 

Jorge Cauas: Muy buenos realmente. Los recuerdo a todos. El Sr. Santander en química era notable. 

José Luis Cea: ¿La formación humana? 

Jorge Cauas: Muy profunda. La relación con los compañeros, con los amigos, muy estrecha. Tengo el mejor recuerdo del Instituto Nacional.

Jorge Cauas: Muy profunda. La relación con los compañeros, con los amigos, muy estrecha. Tengo el mejor recuerdo del Instituto Nacional.

José Luis Cea: ¿De ahí pasaste a la Universidad de Chile?

Jorge Cauas: Pasé a la Universidad de Chile, en 1953.

José Luis Cea: Recordaba a un rector Abascal en el Instituto Nacional ¿tú conociste al rector Abascal?, ¿y al rector Canales?

Jorge Cauas: Conocí al rector Vergara.

José Luis Cea: Yo le quería preguntar, todo muy interesante, antes que todo ¿tú eres católico?

Jorge Cauas: Yo soy católico.

José Luis Cea: ¿Tus padres eran católicos?

Jorge Cauas: Sí, mis padres eran católicos. A ver, yo soy descendiente y mi padre nació en Palestina.

José Luis Cea: ¿En qué ciudad?

Jorge Cauas: Belén. Y mi madre es hija también de un palestino, que también nació en Belén y que llegaron a Chile a comienzos del siglo XX.

Jaime Antúnez: Tus padres ¿se conocieron aquí en Chile?

Jorge Cauas: Se conocieron aquí y aquí se casaron. Ellos eran cristianos, pero una de las ramas familiares era ortodoxa y la otra rama católica romana. Al final primó en Chile la rama romana. En nuestra educación y en la formación nuestra fue muy profunda la influencia católica.

José Luis Cea: ¿Eran muy religiosos tus padres?

Jorge Cauas: Sí, en el sentido positivo, quiero decir, de un grado muy abierto a la vida; de actitud resuelta de apoyo a las personas. Nunca tuve alguna presión religiosa ni otra actitud absurda de ese tipo.

Jaime Antúnez: ¿Cómo se llamaba tu padre?, ¿cuál era el nombre de la mamá?

Jorge Cauas: Mi padre se llamaba Nuncio y mi madre Elena.

José Luis Cea: ¿Ellos tenían alguna actividad comercial?

Jorge Cauas: Mi padre era comerciante.

José Luis Cea: ¿En Santiago?

Jorge Cauas: En Santiago, pero viajaba a lo largo y ancho del país. Era muy activo.

José Luis Cea: ¿Hacia dónde, lo hacía por sus negocios?

Jorge Cauas: Hacia el sur, principalmente.

José Luis Cea: ¿Tuvieron alguna propiedad en el sur?, ¿veraneaban allá?

Jorge Cauas: No. Vivíamos aquí en Santiago y mi padre tenía que viajar por razón de su trabajo.

José Luis Cea: ¿Ustedes veraneaban?, ¿salían fuera de Santiago para el veraneo?, ¿a qué lugar?

Jorge Cauas: A veces salíamos fuera de Santiago para el veraneo, sí. Pero no siempre era posible.

José Luis Cea: ¿Tú tenías hermanos?

Jorge Cauas: Dos hermanos.

José Luis Cea: ¿Ellos viven?

Jorge Cauas: Antonio murió, era menor que yo y falleció. Yo estudié ingeniería civil y él también estudió ingeniería civil. Fue profesor de la Universidad de Chile. Tengo una hermana que aún vive, Isabel, que es la menor. Éramos tres hermanos.

José Luis Cea: O sea, una familia pequeña.

Jorge Cauas: Sí, bastante pequeña.

Jaime Antúnez: ¿Tú entraste a la Universidad de Chile?

Jorge Cauas: Entré a la Universidad de Chile, para estudiar ingeniería. Era el año 1953. Me recibí en 1958.

Jaime Antúnez: ¿Ingeniería comercial o civil?

Jorge Cauas: Ingeniería Civil. Mi mención es en estructuras, a pesar que hice mi memoria en hidráulica. Posteriormente, saliendo en diciembre de 1958 el mismo día o los mismos días en que terminaban las clases di el examen de grado. Mi memoria la hice con un compañero en el tema de hidráulica, el que ha sido relativamente importante; esta es citada posteriormente en libros de esa especialidad. En ese momento estaba en la Universidad de Chile el profesor don Enrique D’Etigny Lyon, de quien conservo una profunda admiración. Él era Decano de Ingeniería y llegó a ser Prorrector mucho tiempo después. Manifiesto por él una admiración profunda y el mejor de los recuerdos. Nos invitó a mí y a otros compañeros de la Universidad, entre ellos Jorge Mardones, que era hijo del doctor Mardones Restat, para que nos quedáramos en la universidad, inmediatamente después de recibidos, ayudándolo a crear lo que se llamó el Centro de Planeamiento. Era un agregado a la escuela de ingeniería, dentro de la Facultad de Ingeniería. Un agregado de materias económico-sociales. Con el decano D’Etigny trabajé estrechamente.

José Luis Cea: ¿Ese Centro de Planeamiento ¿no tuvo nada que ver con el Centro de Estudios Humanistas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile?

Jorge Cauas: El Centro de Estudios Humanistas es, precisamente, el sucesor del Centro de Planeamiento.

José Luis Cea: ¿Tú nunca estuviste como docente o investigador en ese centro?

Jorge Cauas: No, porque mi carrera se fue orientando en otra dirección. Pero el Centro de Planeamiento, donde estaban Jorge Mardones y yo, entre otros, fue el que planteó el estudio de ese tipo de materias dentro de la Facultad de Ingeniería, por iniciativa de Enrique D’Etigny, que fue una persona notable por su visión y talento.

José Luis Cea: ¿Por qué derivaste en ingeniería comercial?

Jorge Cauas: Verdaderamente, no creo que haya derivado en ingeniería comercial. La verdad es que en mis años de la universidad no solamente tenía mucho interés en materias de ingeniería, sino que también sentía afición por asuntos económicos sociales. Aquella afición coincidió con el interés que tenía Enrique D’Etigny respecto del mismo tipo de asuntos. Eso hizo que se generara un núcleo de estudiosos que, posteriormente, dio origen al Centro de Estudios Humanísticos dentro de la Facultad. La verdad es que ha sido sin duda positivo para la Facultad y para la universidad haber fundado e impulsado ese centro.

José Luis Cea: Hay personajes admirables que pasaron por ahí. Mario Góngora, Juan de Dios Vial Larraín, Roberto Torretti, Carla Cordua, y varios otros.

Jorge Cauas: Sin duda eran notables, en ese período yo también fui contratado por ENDESA. Trabajé allí hasta el momento en que tuvo lugar la elección presidencial de septiembre de 1964, en la que fue elegido don Eduardo Frei Montalva.

Jaime Antúnez: ¿Qué vinculación tenías tú con el mundo de Frei Montalva, y más ampliamente, con la Democracia Cristiana?

Jorge Cauas: Yo simpaticé con la Democracia Cristiana. Me inscribí en el partido en ese período y fue una muy grata experiencia, porque tuve una relación muy estrecha con personas de las que tengo recuerdos imborrables. Menciono a Eduardo García, por ejemplo, que trabajó directamente en el comienzo de la administración de don Eduardo Frei Montalva.

Quisiera señalar que don Eduardo Frei, cuando salió elegido, le pidió a una persona, de la que conservo una admiración profunda, me refiero a Jorge Ahumada, que estaba viviendo en esos momentos en Venezuela y que había estado en la CEPAL, que lo asesorara en diversas materias. Se vino Jorge Ahumada y don Eduardo Frei, preguntando supongo, no sé cómo se produjo eso, pidió nombres. Le dieron mi nombre y a mí me designó como ayudante de Jorge Ahumada. Era el comienzo de la presidencia de don Eduardo Frei Montalva. A mí me correspondió trabajar con él en el período inicial del gobierno de don Eduardo Frei. Debo mencionar que el libro que escribió Jorge Ahumada titulado En vez de la miseria, fue importante e influyente en ese momento. 

No sé si ustedes han tenido la oportunidad de leer a Jorge Ahumada. Estaba en la base de lo que se proponía en el gobierno a Eduardo Frei Montalva. Incluso, estuvo en la formulación y redacción de los primeros textos que le proponía al Presidente para los discursos que tenía que pronunciar.

El Presidente le pidió a Jorge Ahumada que volviera a Chile para ser Presidente del Banco Central y, en el momento en que aceptó eso y se preparaba para retornar desde Venezuela, sufrió un problema grave al corazón. Falleció súbitamente y no pudo asumir la Presidencia del Banco Central.

Jaime Antúnez: Cuéntanos ahora algo más de tu persona. Por ejemplo ¿cuál era tu visión de Chile entonces? Recordemos que el país iniciaba años de profundos cambios sociales.

Jorge Cauas: Yo veía en ese momento que Chile estaba muy influenciado por doctrinas ideológicas diversas.

Jaime Antúnez: ¿Tú qué edad tenías a todo esto?

Jorge Cauas: A ver, estamos hablando de 1964. Yo nací en 1934. Tenía 30 años.

Jaime Antúnez: Pero tú ¿cómo veías Chile? Porque se anunciaban políticas públicas importantes. Incluso algunas que estaban fraguándose y tuvieron su oportunidad seis u ocho años más tarde.

Jorge Cauas: Pero lo que había era una línea social cristiana ostensible. Esa línea todavía no estaba influenciada por lo que empezó a pasar pronto, con las divisiones que se vivieron hacia el final del período de Eduardo Frei Montalva. Al comienzo, el grado de unidad era notorio, algún nivel de discusión existía respecto de cierto tipo de reformas y su modalidad de implementación. Tal vez, la más evidente fue la que se generó en el gobierno de don Jorge Alessandri: la reforma agraria que partió en ese gobierno y que luego se profundizó, marcadamente, con las personas que se integraron a esos equipos de la reforma agraria.

José Luis Cea: Pero ¿tú conociste a Aníbal Pinto Santa Cruz?

Jorge Cauas: Lo conocí, por supuesto, pero Aníbal Pinto, que yo recuerde, era importante en ese momento. Jorge Ahumada provenía de la CEPAL. Así que, en cierto sentido, todas esas personalidades de la CEPAL tenían clara influencia, pero no estaba todavía radicalizado el sistema. Una de esas personalidades era Aníbal Pinto.

Jaime Antúnez: Aníbal Pinto, ¿radicaba en la CEPAL?

Jorge Cauas: Sí, en la CEPAL. Ahora, la línea de la CEPAL era más bien una socialdemocracia, por poner un nombre. Con Raúl Prebisch, con el que me correspondió después conversar cuando fui ministro de Hacienda.

Jaime Antúnez: Pero era una social democracia frente a un gobierno social cristiano. Ese era, en pocas palabras, un esquema del Chile de entonces.

Jorge Cauas: Exactamente. Ese fue el Chile. Estaba muy enraizado en las ideas de las juventudes y docentes de las universidades. 

Jaime Antúnez: Te voy a formular una afirmación para consultar si tú la percibes igual ¿tú habrás conocido en ese tiempo a William Thayer?

Jorge Cauas: Sí, por supuesto. 

Jaime Antúnez: ¿Tenías buena relación con él? 

Jorge Cauas: Excelente. 

Jaime Antúnez: William me dijo una vez: estamos en el momento más glorioso de la Democracia Cristiana. Había ganado las elecciones por mayoría absoluta; acababa de concluir el Concilio Vaticano; Maritain, que era nuestro icono filosófico, el hombre de los tiempos. Todo estaba con nosotros. Lo terrible, me dijo él, es que cinco años después todo era distinto. Eso ¿cómo te sentiste tú? y ¿hasta cuándo acompañaste al proceso? 

Jorge Cauas: Pusiste el dedo en la llaga. Ese fue un proceso que no partió así desde el comienzo, es decir, en alguna forma y mencionaba la reforma agraria porque fue la primera zona donde empezó una radicalización más profunda. En cierto sentido, divisiones y discusiones internas y eventualmente los problemas que se le generaron al presidente Frei Montalva que tenían que ir viendo cómo avanzar dentro de toda esa situación. Se le fue radicalizando el cuadro. Trabajé por tres años, primero como Consejero del Banco Central. Una vez que falleció Jorge Ahumada terminé los trabajos que estaba haciendo de asesoría al presidente Frei. Ahí el Presidente me pidió que fuera al Banco Central como consejero. Fui consejero del Banco Central por tres años, cuando era presidente Sergio Molina y Carlos Massad era el vicepresidente. Sergio Molina era simultáneamente Ministro de Hacienda, y después del tercer año en ambas labores renunció al ministerio y a la presidencia del Banco Central. Entonces fue designado Carlos Massad como Presidente del Banco Central y yo asumí la vicepresidencia. Estuve allí hasta fines del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Me fui de esa institución justamente el día en que asumió Salvador Allende la Presidencia de la República en noviembre de 1970.

Jaime Antúnez: Tuviste un período de estudios fuera de Chile, en economía, de formación en Chicago. Tú eras profesor, ¿en la Universidad Católica y desde allí partiste a Estados Unidos?

Jorge Cauas: Después que salí de la universidad estuve en la Universidad de Columbia. No fue inmediatamente después, pues pasaron dos años. Fui enviado por Enrique D’Etigny, porque estaba en la universidad en ese momento. En la Universidad de Columbia se me admitió en la Escuela de Negocios inicialmente, pero llegando allá creí que tenía que profundizar más bien en la parte económica y pedí trasladarme al Departamento de Economía de esa Universidad. Se me aceptó y el profesor a cargo de la Escuela de Negocios de la Facultad de Negocios de la Universidad de Columbia me sugirió ir a conversar con un profesor, específicamente en el Departamento de Economía. Ese profesor fue William Vickrey, con el que hablé, me identificó, vio la formación matemática que tenía y lo poco de la parte económica con que me hallaba. Sin embargo, estimó que eran bases suficientes para admitirme. La verdad es que fue una opción maravillosa. William Vickrey posteriormente recibió el Premio Nobel de Economía. Conservo de él el mejor de los recuerdos porque fue mi asesor básico y el maestro en la parte económica. Desgraciadamente falleció antes de poder recibir el Premio Nobel, es decir, ya se le había otorgado y tenía que viajar a Suecia a recibirlo cuando falleció.

Conservo lindos recuerdos de mi período en la Universidad de Columbia. Creo que fue básico para mi orientación hacia la economía. Posteriormente en la Universidad de Chile, en la Escuela de Ingeniería, participé en cursos de investigación de operaciones, teoría monetaria. También lo hacía mediante proyectos de política económica. Siempre creí que eran complementarios de ingeniería.

José Luis Cea: ¿Pero te titulaste también de ingeniero comercial?

Jorge Cauas: Me gradué allá de Master en Economía. Se me ofreció seguir al doctorado, pero preferí volver a Chile. Fue el profesor Vickrey quien me ofreció quedarme.

José Luis Cea: ¿Y en Chile te graduaste y titulaste en economía?

Jorge Cauas: Soy primero ingeniero civil y no ingeniero comercial. Soy Master en Economía de la Universidad de Columbia.

La Universidad de Columbia tiene una relación curiosa realmente, porque algunos de los grandes profesores de intercambio entre Columbia y Chicago han sido sólidos en su enseñanza perdurable en el tiempo. El propio Milton Friedman trabajó también en la Universidad de Columbia. Él estudió en la Universidad de Columbia. Así que, en cierto sentido, la línea de la Universidad de Columbia si bien no fue tan claramente visible como la de Chicago, en lo que se fue configurando como la política económica social de mercado, estaba en la misma dirección.

Jaime Antúnez: Tú luego enseñaste en la Católica; más adelante, pero entremedio, ¿qué pasó durante el gobierno de Salvador Allende?

Jorge Cauas: Cuando terminó el gobierno del presidente Frei se me ofreció irme fuera de Chile. El Fondo Monetario Internacional me propuso un trabajo y no acepté. Decidí quedarme en Chile y en ese mismo momento se produjo, en la Facultad de Economía de la Universidad Católica, el hecho siguiente: las dos personas claves allí que eran Rolf Lüders y Ernesto Fontaine, decidieron irse al extranjero aceptando trabajos allá. Muy respetables y muy interesantes. Entonces a ellos se les ocurrió invitarme a la Facultad de Economía de la Universidad Católica y allí me hice cargo del Instituto de Economía en el período de la Unidad Popular. Era la Presidencia de Salvador Allende y en la Universidad Católica de Chile, el Rector Fernando Castillo Velasco. Acepté la designación de Director del Instituto de Economía e invité a ciertas personas, que me parecían importantes en ese momento y con las que tenía buena relación, a formar parte del grupo de la Escuela y del Instituto de Economía. Se trataba de Sergio Molina y Osvaldo Sunkel. Ambos se fueron a trabajar conmigo. Ya estaba también Vittorio Corbo.

Jaime Antúnez: La Facultad funcionaba en donde había estado la Congregación de la Santa Cruz con el colegio Saint Georges.

Jorge Cauas: Ahí precisamente estuvo San Jorge y que es un lugar agradabilísimo. Allí tuvimos un período notable y muy grato. Se hicieron los primeros informes de coyuntura. El primer informe de coyuntura lo escribí con Vittorio Corbo. Fue importante porque indicó hacia dónde la economía estaba derivando en ese momento. Fue un período extraordinariamente positivo, por las personas que he mencionado. Ustedes saben que todas ellas han continuado en roles importantes en nuestro país.

José Luis Cea: ¿Ese era el tiempo de la planificación?

Jorge Cauas: Claro. Era el tiempo claro de la planificación.

José Luis Cea: ¿Tú creías en ella?

Jorge Cauas: En ese momento claramente se creía en eso, pero no era una planificación absurda. Era más bien orientar la economía en un sistema de economía social de mercado en el que, efectivamente, el gobierno pudiera impulsar y entrar donde era necesario, agregar al sistema formas de operación que el sistema no había podido tomar por sí solo. No era una planificación pura, al estilo de los planes socialistas extremos.

Jaime Antúnez: ¿Era una planificación con plazos, digamos quincenal o solo anual? 

Jorge Cauas: En el fondo, era más bien una economía en la que el gobierno actuaba por subsidiariedad. Eso era más vigoroso de que lo que, posteriormente, se fue acentuando en cuanto a liberar, lo más posible, al gobierno y hacerlo cada vez más subsidiario y menos directamente actuante. Ese era el tono. El cuadro en el que se estaba actuando era uno en que el gobierno quería tomar todas las decisiones. El manejo de todas las situaciones se pretendía, más tarde, radicarlo en el gobierno.

Jaime Antúnez: Y eso se veía críticamente desde el interior. 

Jorge Cauas: Se veía críticamente como algo conflictivo y violento. Tanto es así que un grupo de personas empezó a trabajar en ideas opuestas a las que se trataba de imponer. El mismo grupo que había trabajado en la candidatura del presidente Jorge Alessandri, en 1969-1970, produjo un informe que, en ese momento, no fue aceptado por el sector más próximo del candidato Alessandri y, por tanto, eso quedó latente. Pero eso se revivió tiempo después y se empezó a analizar hacia dónde debía ir nuestra economía. Eso terminó en una publicación que fue lo que se denominó “El Ladrillo”. 

Jaime Antúnez: ¿Ese era el tiempo de Sergio de Castro, quien lideraba tal grupo? 

Jorge Cauas: Sí, Sergio de Castro, Pablo Barahona y Sergio Undurraga, son los tres nombres claves. Perdón, olvido el nombre de otro. Un chiquillo, ¿cómo se llamaba? Murió. 

José Luis Cea: ¿No era Álvaro Bardón? 

Jorge Cauas: No era Bardón. Era Emilio Sanfuentes, quien también trabajó allí en ese grupo. Ellos trabajaron viendo hacia dónde debía ir la economía. En ese momento, siendo yo director del Instituto de Economía, se trabajó en ese proyecto. 

Jaime Antúnez: ¿Cuándo y cómo te pidieron ser ministro? 

Jorge Cauas: Fui ministro desde el 11 de julio de 1974. Hasta 1972 estaba en la Facultad, y hallándome allí fui invitado al Banco Mundial. Simultáneamente ocurrió un hecho que fue, tal vez, uno de los más importantes en mi vida: conocí a Rosario Montero, mi señora, que trabajaba conmigo en la universidad. Nos enamoramos y decidimos casarnos. Nos casamos y partimos a Estados Unidos. Estando allá ingresé al Banco Mundial, de director del Departamento de Estudios, trabajando con Hollis Chenery, que era uno de los vicepresidentes del Banco cuando el presidente era Robert McNamara. Tengo el mejor recuerdo de mi período en el Banco Mundial. Fue una experiencia notable.

José Luis Cea: ¿Así que conociste personalmente a Robert McNamara?

Jorge Cauas: Lo conocí personalmente. Era una persona notable desde el punto de vista intelectual, directo. En ese momento era una personalidad poderosa. Lo cierto es que estando allá, en Chile se empezó a producir el trabajo del grupo liderado por Sergio de Castro y los demás profesores que ya mencioné.

Jaime Antúnez: ¿Ese trabajo se proporcionaba como asesoría al gobierno? 

Jorge Cauas: Era para empezar a pensar qué es lo que había que hacer desde el punto de vista económico. Allí se estaba gestando el proyecto que se denominó “El Ladrillo”. En ese proyecto específico yo no participé directamente, pero muchas consultas me formularon Sergio de Castro y los demás. De repente nos consultaban a las dos personas que estábamos en Washington en ese momento, uno que era yo en el Banco Mundial, y el otro Carlos Massad que estaba en el Fondo Monetario Internacional.

Jaime Antúnez: ¿Cómo se entendían?, ¿lo hacían por cartas o por teléfono? 

Jorge Cauas: Por teléfono, una pequeña consulta respecto de alguna duda, en cuanto a qué hacer en determinadas cosas. Allí empezó a producirse lo que posteriormente fue el programa económico propiamente tal, que esencialmente eran varias cosas: primera, una economía abierta, no una economía cerrada con niveles de protección absurdamente altos. Ustedes recuerdan que se llegaba a depósitos del 10.000 por ciento o a prohibiciones absolutas. Esa era una de las líneas que estaba en ese texto. La otra, impedir que la inflación siguiera consumiendo a este país. La inflación había sido del 30% históricamente, pero en ese momento se había vuelto a provocar y llegó a cifras de casi 3 dígitos. La tercera, definir con el gobierno cuál era el rol de la empresa privada, etc. Y todo eso se fue gestando en ese período previo al pronunciamiento militar. 

José Luis Cea: ¿Conocías tú a Jaime Guzmán? 

Jorge Cauas: Sí, por supuesto lo conocí. 

José Luis Cea: ¿Él tenía algo que ver en el proceso que vas resumiendo? 

Jorge Cauas: Tenía algo que ver, se conversaba con él, pero no formaba parte del grupo propiamente tal que ideó y redactó ese trabajo. 

José Luis Cea: Claramente no era de su especialidad.

Jorge Cauas: No era de su especialidad. Yo les recomiendo, si quieren ver algo más a fondo de ese texto, “El Ladrillo”, publicado por el CEP, y la introducción de Sergio de Castro. Bien importante. En ese momento se produjo el cambio de gobierno y el nuevo gobierno decidió consultar, además de las personas nombradas, a otros expertos que tenían una relación estrecha con el almirante José Toribio Merino Castro. Era el almirante Lorenzo Gotuzzo, que se relacionaba con el Almirante Merino y, por tanto, había allí una comunicación de ideas que fluyó hacia las personas que posteriormente intervinieron la economía. La influencia que tuvo eso fue relativamente importante pero ellos sugirieron, al mismo tiempo, una vez que vino el cambio de gobierno, que consultaran con otras personas. Invitaron a Carlos Massad, me invitaron a mí e hicieron lo mismo con Raúl Sáez que se hallaba en Venezuela en esos momentos. Nosotros, con Carlos Massad, estábamos en Washington. Vinimos los dos en tres oportunidades a conversar hacia dónde podía caminar el gobierno en el aspecto económico

El almirante Gotuzzo fue importantísimo en el sentido de entender qué era lo que había que hacer y su relación con Roberto Kelly, con el que tenía una comunicación estrecha, produjo que las cosas se orientaran en el sentido con que la historia lo ha dejado claro. Una vez que Lorenzo Gotuzzo hizo las primeras decisiones, tuvo lugar la primera Exposición de la Hacienda Pública de Lorenzo Gotuzzo. Fue muy importante para transmitir todas estas ideas. Pero en ese momento el problema del país era de la mayor gravedad, pues la deuda pública tenía magnitud extraordinariamente alta y la inflación se hallaba desatada. Así que, en cierto sentido, había que ir en alguna forma paso a paso. Pero en alguna otra forma era inevitable acelerar el ritmo de las decisiones para corregir o detener al menos lo que estaba ocurriendo.

En algún momento del tiempo, y eso ocurre en mayo de 1974, por algún motivo decidieron invitarme a volver a Chile para ser vicepresidente de nuevo del Banco Central. Lo pensé, no vi razones para no aceptar debido a la situación que yo creía que estaba viviendo el país y decidí aceptar. Volví a Chile y me hice cargo de esa función el 1 de mayo de 1974, estando el general Cano de presidente de la institución. Por algún motivo que nuevamente ignoro, pocos meses después, el 11 de julio de 1974, hubo otro cambio. Me pidieron, en una conversación que tuve con Roberto Kelly, transmitida desde más arriba, no sé de cuánto más arriba, si del almirante Gotuzzo, del almirante Merino o del general Pinochet, que me hiciera cargo del Ministerio de Hacienda. Tuve la misma reacción anterior para dudar, atravesando un período tan crítico. Pero habiendo una petición en ese sentido acepté. Cuando me comprometí tuve dos conversaciones muy importantes. Una con don Eduardo Frei Montalva y la otra con don Patricio Aylwin Azócar. A ambos les conté que estaba aceptando y que, de alguna forma, si acaso eso complicaba mi presencia en ese momento como miembro del partido democratacristiano me lo hicieran saber. Yo estaba resuelto a dejar el Partido Demócrata Cristiano, porque ya en ese momento se había empezado a producir algún grado de fricción entre la Democracia Cristiana que había estado colaborando por intermedio de Andrés Sanfuentes, y un grupo importante de democratacristianos que se relacionaban con Sergio Molina, que asesoraba al Ministro de Hacienda.

Jaime Antúnez: ¿Quién era tu antecesor como Ministro de Hacienda? ¿Algún militar no?

Jorge Cauas: Era un marino, el almirante Gotuzzo. Él era el Ministro de Hacienda. Yo acepté, pero como adelanté, hablé con las dos personalidades nombradas para contarles y decirles que prefería ser liberado políticamente para no producir complicaciones. Posteriormente se ha dicho que me expulsaron de la Democracia Cristiana. No recuerdo ese hecho. Fue un paso mío hacerme a un lado, aceptando el ministerio y alejándome del partido.

Jaime Antúnez: ¿Y Frei con Aylwin lo tuvieron a bien que colaboraras con el gobierno?

​​Jorge Cauas: En el fondo lo vieron como una situación realmente de inevitabilidad. No sé si me explico. Porque en el fondo era tal la gravedad del problema que vivía el país que no ayudar a resolverlo era una actitud muy rara. Por tanto, en cierto sentido, si bien no había simpatía ya, porque la presunción de que el gobierno militar terminaba pronto no estaba ocurriendo y, por tanto, más bien se percibía una actitud de resistencia. Las primeras reacciones fueron favorables al cambio de gobierno. Posteriormente intervino una transformación potente en ese sentido, no tan potente en las personas que estoy mencionando, pues fueron mucho más cautelosas. Pero la verdad es que entendieron. Ese fue el cuadro. Y me hice cargo en ese momento, y el resto del equipo económico asumió también sus funciones como Sergio de Castro y Pablo Barahona que entraron a la administración estatal.

Jaime Antúnez: ¿Pablo Barahona pasó al Banco Central? 

Jorge Cauas: Pasó al Banco Central. 

Jaime Antúnez: ¿Y tú desempeñabas un doble Ministerio, Hacienda y Economía? 

Jorge Cauas: No. Voy a explicar, por qué ese no fue un doble Ministerio. El problema es que la política económica que yo estaba describiendo y que se hallaba formulada en “El Ladrillo”, influenciaba a estas personas porque ellos mismos la habían trazado. Así que no había necesidad de decir que “El Ladrillo” fue implementado, pues fue ingresado al gobierno por las personas que lo habían hecho. En ese momento las grandes preguntas como las relativas a la apertura de la economía, el gobierno subsidiario, todo ese tipo de asuntos comenzaban a ser llevados a cabo. El nivel de inflación era una cuestión dramática y que simplemente no cedía. Pasó de cerca de mil por ciento a trescientos por ciento y seguía pegando fuerte. En ese sentido y un año después, en abril de 1975 el gobierno le pidió al equipo económico que presentara un programa de cómo enfrentar lo que estaba ocurriendo. Se elaboró así lo que se denominó “programa de recuperación económica”. 

José Luis Cea: Recuerdo lo que se llamó política de shock. 

Jorge Cauas: Exacto. Fue lo que se llamó política de shock. El discurso que yo pronuncié en ese momento lo relata claramente.

Jorge Cauas: Quiero mencionar además un texto anterior que creo que es importante, publicado en el Journal of Political Economy de la Universidad de Chicago, que es una de las más grandes revistas de economía del mundo, el artículo se llama “Stabilization Policy: The Chilean Case”, y es la descripción del programa en el período de don Eduardo Frei Montalva.

Jaime Antúnez: ¿Me repites en qué fuente?

Sr. Jorge Cauas: El primero está publicado en los boletines del Banco Central y el otro texto se halla en la revista Journal of Political Economy. Son dos textos claves de ese período, uno del anterior y otro del siguiente. Pero quiero dejar claro que el énfasis está puesto en la inflación. ¿Por qué? Porque ella carcomía al sistema y era imposible defenderse de ella. Entonces, si uno lee el texto de este programa de recuperación económica, el de shock, si uno lo lee la inflación ocupa las ¾ partes de su análisis.

José Luis Cea: ¿Tú estabas familiarizado con lo que había sido la política de los Klein-Saks?

Jorge Cauas: Por supuesto. Es decir, en el fondo los grupos, los equipos económicos en general habían estudiado lo que había dicho la misión Klein-Saks y fue tan importante lo que dijeron que el presidente Ibáñez le ofreció el Ministerio de Hacienda a don Eduardo Frei Montalva, quien no lo aceptó. Pero en ese momento la Democracia Cristiana también estaba imbuida de lo que estaba planteando la misión Klein-Saks, que fue implementada parcialmente después por el presidente Ibáñez.

Jaime Antúnez: ¿Qué sucedió en el gobierno de Alessandri Rodríguez?

Jorge Cauas: El presidente Ibáñez tuvo que manejar parte del tema que después continuó Alessandri. Pero Alessandri tuvo problemas también y después viene “El Ladrillo”, que no fue aceptado. El primer “Ladrillo”. El segundo fue aceptado por este grupo que entró al gobierno. Y en la década de los setenta.

Jaime Antúnez: ¿La misión Klein-Saks era aperturista? Jorge Cauas: Era una economía social de mercado clásica, era eso lo que estaba proponiendo. 

Jorge Cauas: Estábamos comentando mi labor en el ministerio y en el programa de recuperación económica, donde el énfasis, como dije, estuvo en la inflación, por razones obvias. Lo que viene inmediatamente después es un período en que la economía se ajusta, el problema de comercio exterior se equilibra. Tenía el país problemas bastantes serios en ese momento para conseguir ayuda externa. Va claramente moderándose la situación desde ese punto de vista y hacia fines o hacia mediados del año siguiente, es decir, mediados de 1976, llegué a la conclusión de que en cierto sentido mí tarea estaba hecha. Estuve de 1974 a 1976. A pesar de que la inflación seguía, pero ya el manejo de la economía tenía fluidez.

Yo no tenía la impresión de que debía continuar. Le transmití al Presidente de la República, en consecuencia, que le rogaba liberarme. Me dijo que no, que me quedara hasta que hiciera el presupuesto del año siguiente, de 1977, y que después habláramos del tema. Justamente, terminando el presupuesto de aquel año, ahí el Presidente me dijo ¡acepto su renuncia! Perfecto, le dije, entonces hasta luego, muchas gracias. No, me dijo, usted se va a la Embajada de Chile en los Estados Unidos. La razón que me dio era que era conveniente que alguien que hubiera trabajado en el programa económico pudiera transmitir al ambiente económico mundial, especialmente en Estados Unidos, lo que se estaba haciendo aquí. No encontré razones para negarme y le rogué que fuera por un período corto.

En ese momento me dijo que sí, que estaba de acuerdo. Le precisé que me iba por alrededor de un año para transmitir la parte económica y eso valía para mí porque quería volver a la vida académica. Aceptó y, por tanto, me fui a Estados Unidos a comienzos de 1977. Volví en 1978 a Chile y desde entonces he sido director de empresas.

Jaime Antúnez: Dime, para cerrar ese período… tú tenías el Ministerio de Hacienda, pero Economía ¿lo tenía Pablo Barahona? 

Jorge Cauas: No. El programa de recuperación económica se presentó en conjunto con una facultad, que se le dio al Ministro de Hacienda, para coordinar a todo el sector económico. Ahora, todo el sector económico pasó a depender del Ministerio de Hacienda. No fue un doble ministerio; un ministerio que tuviera dos secretarías de Estado sino que la coordinación de todos los otros ministerios con algunas atribuciones económicas. Yo le pedí a Sergio de Castro su apoyo en Hacienda, a Pablo Barahona en el Banco Central y a Roberto Kelly, que estaba en ODEPLAN. 

Jaime Antúnez: O sea, el Ministro de Hacienda era Sergio de Castro y tú eras una especie de superministro. 

Jorge Cauas: El Ministro de Economía era Sergio de Castro. Yo era el Ministro de Hacienda. Repito los nombres, Sergio de Castro, Pablo Barahona y ODEPLAN con Roberto Kelly, y Juan Carlos Méndez que era el Director de Presupuesto, formamos un grupo que se reunía sistemáticamente para tomar las medidas que había que implementar en el poder especial del Ministro de Hacienda. Nos reuníamos para analizar qué era lo que había que hacer y lo que se le trasmitía al sector económico y lo que había que revisar, si es que había, para cambiarlo. Eso funcionó con una fluidez espectacular. Creo que es también de los mejores recuerdos que puedo tener, en cuanto a una forma de trabajo que funcionó en manera muy fluida. 

Jaime Antúnez: Y había una empatía académica previa, a raíz que ya habían trabajado en la universidad.

Jorge Cauas: Muy sólida, por cierto. Lo hicimos entendiendo perfectamente y, la verdad, es que fue importante porque en el momento en que yo tomé mi decisión, ya eso estaba funcionando, Sergio de Castro, en su estilo, siguió haciendo su labor. 

Jaime Antúnez: Te pregunto dos asuntos, aclarando que cuando no quieras responder me dices. Uno es que, por tu formación social cristiana te encontrabas en esta emergencia histórica y relatas lo grato que era trabajar con otras personas. Dirías que había un sustrato de sentido del bien común no militantemente socialcristiano ¿pero asimilable al espíritu que a ti te animada? O sea, ¿tú te sentías cómodo como social cristiano? 

Jorge Cauas: Yo me sentía cómodo por lo siguiente: porque si uno lee el programa de recuperación económica, si uno ve lo que se hizo, la apertura al exterior en la forma en que se hizo, la manera cómo el gobierno siguió actuando con sujeción a la visión subsidiaria, no fue algo que tiró por la borda todo lo que fuera público. No fue así. Lo que hubo fue una especie de economía social de mercado. Por algún motivo el lenguaje posterior ha puesto demasiado énfasis en que eso fue una especie de capitalismo abrutado y, que yo recuerde, ni en el lenguaje, mío por lo menos, ni en las medidas que en verdad se adoptaron, uno pudiera decir que eso fue un capitalismo extremo. Ni ese era el propósito tampoco. O sea, el objetivo tampoco podía ser porque basta con leer los programas para darse cuenta que todavía el gobierno seguía actuando y todo lo demás. En cierto sentido el juicio a posteriori que pone énfasis en que eso fue una especie de capitalismo extremo creo que es exagerado. No corresponde a la intención ni a las realizaciones. 

Jaime Antúnez: ¿Cómo era, te pregunto como ministro y jefe del equipo económico, tu relación con la Iglesia?, o sea, la Iglesia ¿qué decía de lo que se estaba implementando? 

Jorge Cauas: Con algunos obispos tenía una relación estrecha. Por ejemplo con don Carlos González Cruchaga que era obispo de Talca. Era una vinculación muy, muy estrecha porque, en el fondo, fue mi asesor espiritual por mucho tiempo. Le tengo un cariño infinito. Con don José Manuel Santos, obispo de Valdivia, lo mismo, a quien me tocó conocer en un momento importante de mi vida, en que trabajé como obrero en Valdivia. Cuando él venía llegando de obispo, un grupo nuestro, asesorado por don Carlos González que en ese momento era el obispo de Talca, trabajó en esa zona. 

Jaime Antúnez: ¿Y en la Juventud Obrera Católica (JOC)? 

Jorge Cauas: No, no era la juventud obrera católica. Era un grupo que estaba alrededor de don Carlos González, que en ese momento era el rector del seminario y que después fue obispo de Talca; que nos asesoraba y que nos recomendó que tuviéramos una experiencia de vida importante en el sentido de vivir como trabajador. Yo, por dos meses, estuve en Huellelhue, cerca de Valdivia, donde había una barraca importante, viviendo como obrero, acarreando tablones.

Jaime Antúnez: ¿Qué edad tenías entonces? 

Jorge Cauas: Eso fue, cuando vivimos allá, debe haber sido hacia finales de la universidad. Y conservo esa experiencia como clave en mi formación. Mencionaba eso porque con ellos dos, y con el obispo Bernardino Piñera también, que igual formaba parte de las personas con que había que conversar, tuve una relación cuando venían a conversar conmigo como Ministro de Hacienda. Lo mismo digo respecto del cardenal Raúl Silva Henríquez, con quien tuve un acercamiento personal profundo. Muchas veces no estaba de acuerdo con él, pues hizo declaraciones muy intensas, pero mi recuerdo es que en las conversaciones con él terminaba aceptando, en alguna forma, correcciones que había que hacer y eso me resultó importante y espero que para el país, porque se moderó el juicio acerca de lo que había que hacer. Obviamente la Iglesia estaba en desacuerdo respecto de muchas materias, pero en relación con otras tenía que comprender por qué se estaban tomando determinadas decisiones. Ahí yo sentí que mi tarea era tratar de explicar, en la forma más humilde posible, porque mi respeto por la Iglesia es total, que había resoluciones que era indispensable adoptar, ya que de otra manera la situación iba a ser extremadamente grave. 

Jaime Antúnez: Creo recordar que alguna vez conversamos, por ejemplo, acerca de los programas de asistencia social. Recuerdo haber sabido que, a menudo, llegaba a tu oficina, por ejemplo, Fernando Monckeberg ¿qué recuerdos tienes de cesas conversaciones? 

Jorge Cauas: Cuando se hizo el programa de reactivación se tuvo presente otro programa especial de ayuda a las personas más necesitadas, justamente para impedir la desnutrición infantil, subsidios especiales para evitar los efectos de las medidas más graves que se llevaban a cabo, porque en ese momento pasar de una situación como la que había tratado de eliminar un déficit público elevadísimo y todo lo demás no era gratis. Es decir, en el fondo el déficit fiscal era casi insuperable. Era la ¼ parte del producto del país. Basta ver lo que está pasando en este momento, cuando otro ministro de Hacienda, en situaciones bastante más “fáciles”, tiene que adoptar medidas importantes. Me refiero a Rodrigo Valdés Pulido. 

Jaime Antúnez: Tu experiencia exterior, tanto como ministro de Hacienda como luego en la misión que se te encargó en Estados Unidos ¿cómo era comprendida?, porque sin duda para el mundo era una experiencia interesante, este país que salía de un socialismo extremo a una economía como la que regía en Occidente en general, dirigida y asesorada firmemente por especialistas ¿Cómo era? Por otro lado, la imagen política era complicada ¿cómo lo percibías tú en ese momento? Esa misión en Estados Unidos, que era una embajada de sentido económico tan importante, ¿cómo se manejaba eso? 

Jorge Cauas: Compleja, en el sentido de que la simpatía por lo que se estaba haciendo desde el punto de vista económico en los sectores racionales o más razonables económicos y políticos de Estados Unidos, para concentrarnos en ese país, era obvia en el sentido de que entendían que había que hacer las cosas que se estaban realizando. Su grado de duda o problema, el juicio negativo respecto del manejo en otras materias era bastante marcado, en el sentido de que esto no era un sistema democrático y por tanto la combinación de factores inducía a decir que todo iba caminando hacia una liberación posterior para volver al país a situaciones normales. Ese era el lenguaje que se utilizaba. El ambiente estaba obviamente más complicado por razones complejas, me refiero al caso de Estados Unidos ante el asesinato de Orlando Letelier en Washington DC.

Jaime Antúnez: ¿Eso se produjo en qué año? 

Jorge Cauas: Ocurrió en 1976. 

Jaime Antúnez: ¿No estabas tú en la embajada, verdad? 

Jorge Cauas: No, yo estaba todavía en el ministerio y había ido a Estados Unidos a conversar con el ministro de Hacienda de entonces, Mr. Simon, que es un siete realmente, para contarle lo que se estaba haciendo en Chile, el día en que tenía proyectado llegando a Estados Unidos. Pero ese mismo día bajando del avión en el aeropuerto, me encuentro con el embajador Manuel Trucco, que estaba demudado, porque había sido llamado por el Departamento de Estado para informarle del crimen que se había cometido en la esquina de la residencia de la embajada.

Jaime Antúnez: ¿Manuel Trucco era el embajador en Estados Unidos? 

Jorge Cauas: Él era el embajador. Le dije: tienes que irte de inmediato al Departamento de Estado y yo tengo que partir a la Secretaría del Tesoro a conversar con el ministro Simon. Los dos estábamos profundamente alterados, conmovidos por el asesinato. Obviamente vino después todo lo que se sabe, o sea, las investigaciones sobre el crimen, las peticiones del gobierno de Estados Unidos, que en parte me correspondió transmitir a mí como embajador para concordar quiénes eran las personas que debían ir a declarar a Estados Unidos respecto de ese asesinato. Fue una tragedia realmente. 

Jaime Antúnez: Tú, después de cumplida tu misión diplomática, vuelves a la universidad. 

Jorge Cauas: Volví a hacer clases en la Universidad Católica de Chile y en la de Chile. Fueron cursos de política económica, materia respecto de lo que yo tenía un grado mayor de conocimiento y especialización. Posteriormente hubo algunos reconocimientos importantes que enfatizaron esa posibilidad. De hecho, vale la pena mencionar, lo que hice para la creación del Centro de Estudios Públicos. En 1980, un grupo de personas, empresarios e intelectuales, decidió que era conveniente que se practicara un análisis más a fondo de hacia dónde debía ir una economía como la nuestra, no solamente desde el punto de vista económico sino que también abarcando los ámbitos social, político y todo lo demás. Pensábamos en términos de cuáles líneas en el mundo eran importantes para la consecución de ese propósito. Con don Julio Philippi, Carlos Urenda y Hernán Cortés Douglas, que después fue el director y yo presidente del consejo, conversamos el proyecto. Nos encontramos con personas que nos parecían importantes desde el punto de vista de que debía pensarse en términos de organización sociopolítica y no solamente económica. Ahí apareció el nombre de Friedrich von Hayek. Lo invitamos a venir como Presidente Honorario del Centro de Estudios Públicos y lo aceptó. Toda esa historia tú la puedes seguir con facilidad en las crónicas de la época. Mi recuerdo es que la importancia de Hayek, su pensamiento y la forma cómo eso influyó en el Centro de Estudios Públicos quedó claramente esclarecida. Era una línea que ha ido encaminada hacia la normalización del país con la aplicación de la economía social de mercado funcionando razonablemente, en un país abierto. Creo que fue muy importante.

Jaime Antúnez: De manera que tú estuviste en el grupo constitutivo del CEP. 

Jorge Cauas: Yo fui el primer Presidente del CEP. Y el Presidente Honorario del CEP fue Hayek, a quien invité personalmente cuando estuve con él en Alemania. 

Jaime Antúnez: El CEP se fundó e instaló ahí en la calle que se llamaba Montolín, ¿todo partió y se desenvolvió ahí? Jorge Cauas: Partió ahí y después se cambió a una residencia al frente. Más tarde ha tenido la historia que le conocemos y la importancia que ha ejercido en la opinión pública y lo demás, ha sido muy importante. Pasó por una crisis, claramente, en un momento en que nos hallábamos en crisis económica, que fue en 1982 y 1983.

FOTO 1 Pie de foto Jorge Cauas Lama con Friedrich Hayek
Jorge Cauas Lama con Friedrich Hayek.
FOTO 2 Pie de foto Jorge Cauas Lama con Yimmy Carter
Jorge Cauas Lama con Yimmy Carter.

Jaime Antúnez: ¿Y esa crisis económica tú la vivías ya como analista o todavía como economista practicante? 

Jorge Cauas: Yo la vivía en parte como analista, pero en parte también estaba en el sector privado. Era Presidente del Banco de Santiago cuando sobrevino esa crisis que fue profunda. 

Jaime Antúnez: ¿Qué más podrías recordar de esa crisis? Jorge Cauas: Diría que lo que ocurrió era que la normalización de la economía en Chile fue lo suficientemente importante como para que hubiera un período razonablemente positivo entre 1976 y 1980, incluso un poco más. Pero ese período positivo coincidió con años internacionales complejos, en que las tasas de interés se volvieron locas. Era el período del presidente Carter, las tasas de interés eran muy altas. Además, aquí hubo exceso de gasto y la combinación de ambas variables aceleró la crisis. Se puso en duda el sistema y hubo cambios en el ministerio muy importantes ahí. Salió Sergio de Castro, entre otros.

Jaime Antúnez: Sí, y entró Escobar

Jorge Cauas: Entró Escobar por un tiempo y Martin. Simultáneamente estaba en Economía Modesto Collados. Era mucho más cauteloso respecto de lo que había que hacer y dio un paso magistral en un momento determinado, porque vio que el grado de desconcierto que había en el gobierno por la incertidumbre, por el nivel de discusión que existía respecto de lo que había o no había que hacer, tenía que ser resuelto por alguien de muy buena cabeza. Así encontró el nombre de Hernán Büchi y sugirió ese nombre como ministro de Hacienda. Büchi hizo lo que hizo en el período posterior y la recuperación económica se prolonga con la Concertación.

Jaime Antúnez: ¿Cómo conocía Modesto Collados a Hernán Büchi?

Jorge Cauas: Mediante todos nosotros. Era un joven economista que había ayudado mucho. Se metió en el sector salud donde hizo las cosas muy bien. En el fondo, cuando había que preguntarse ¿quién de los actuales economistas jóvenes estaría dispuesto o debería ser?, yo lo conversé con Modesto Collados y entre otros sugerimos el nombre de Hernan Büchi para Ministro de Hacienda. Él se lo sugirió al presidente Pinochet y la verdad es que fue una fortuna que lo haya aceptado porque Büchi hizo un Ministerio de Hacienda especialmente positivo. En condiciones muy complejas, tuvo primero que corregir y segundo encauzar la economía. Todo lo hizo con rasgos notablemente positivos. El país siguió funcionando como una economía social de mercado. Chile no funcionó nunca como un capitalismo extremo. Creo que eso vale la pena que se diga, porque se nota un clima alrededor del tema que es curioso e ideológico. Es posible que en parte el lenguaje usado por unos y otros haya exacerbado el asunto. Pero analizando la realidad el país seguía con un nivel muy alto de gastos en el sector público, es decir, hay que tenerlo en cuenta para entender bien lo que pasó, en ese período.

Posteriormente, estuve en la comisión legislativa del general Fernando Matthei donde llegaban los temas de Hacienda, y hacia el final de ese gobierno hubo un segundo hecho que quisiera destacar. Me refiero a que en la Constitución se incluyó un capítulo relativo al carácter técnico y a la independencia del Banco Central. Vino la crisis y no se sabía qué hacer realmente porque había un capítulo especial en la Constitución acerca de la independencia del Banco Central. Finalmente el gobierno decidió pedirle a un grupo de personas su opinión al respecto.

FOTO 3 Pie de foto Jorge Cauas Lama con Margaret Teatcher y Sergio de Castro
Jorge Cauas Lama con Margaret Teatcher y Sergio de Castro.

Jaime Antúnez: ¿Te refieres a la crisis del 1982-1983? 

Jorge Cauas: Exactamente. No se sabía qué hacer, frente a la Constitución de 1980 y el capítulo relativo al Banco. Entonces se le pidió a un grupo de personas connotadas hacia dónde tenía que ir el gobierno, con todas las dudas que había si acaso a entregar o no entregar el mando del país y todo lo demás. A pesar de tantas dudas había otra más grave aún: era la relativa a cómo se seguía manejando el país. Entonces ¿que va a pasar con ese capítulo de la Constitución? Se le pidió a un grupo de expertos vinculados con el Banco Central que analizaran el momento y propusieran medidas concernientes a que debía hacerse con el Banco Central. Ahí se le pidió a Enrique Barros, Alfonso Serrano, a Juan Andrés Fontaine y a mí, junto al Fiscal del Banco Central, Roberto Guerrero del Río, que nos juntáramos para estudiar medidas concretas. Nos juntamos y yo propuse algo muy breve. Dije que por la autonomía o independencia del Banco Central, debía entenderse con el carácter de una institución que tuviera capacidad de tomar decisiones por sí misma y que, en el fondo, para eliminar esa capacidad tenía que ser muy vigorosa la forma de contrarrestar cualquier decisión del Banco por medio del Ministerio de Hacienda, cuando fuese necesario. Pero declaré que en el fondo era independiente, pero no al extremo de originarse en otro poder público aparte.

Nos sentamos a redactar el texto de lo que debía ser esa ley. El grupo que trabajó allí fue el mismo que te estoy mencionando y que debía ser consultado con el Consejo del Estado. A tal Consejo se le propusieron fórmulas de lo que debía ser la Ley Orgánica del Banco Central y la autonomía de esa institución. Salió, de la coordinación de ese grupo de trabajo, que me tocó el honor de presidir, el texto del proyecto para el Consejo de Estado con las correcciones que le introdujo una serie de terceros a quienes se consultó reservadamente. La Ley Orgánica del Banco Central hasta el momento ha tenido poquísimas modificaciones y de pequeña entidad. Se ha preservado la idea de la autonomía del Banco Central, a que nadie puede ni deba darle órdenes.

Eso diría, es la clave en el funcionamiento del Banco Central que hasta este momento lo ha hecho muy bien. Ha sido positiva la experiencia. La mayor parte de gente importante, me refiero a los ministros de Hacienda de la Concertación, al Ministro de Hacienda actual, hablan bien de esta independencia del Banco. Repito, nadie le da órdenes impunemente, esa es la clave.

Jaime Antúnez: ¿Esos dos textos los asumes con orgullo y satisfacción y en plenitud, no? 

Jorge Cauas: Hay un tercero que fue mi ingreso a la Academia. 

Jaime Antúnez: Claro, eso faltaba decirte, tu ingreso a la Academia y tu vida en la Academia. Jorge Cauas: Primero que todo, cuando ingresé traté de decir lo que pensaba realmente desde el punto de vista de mi especialidad. 

Jaime Antúnez: ¿Eso fue alrededor de 1993?

Jorge Cauas: Fue en 1991, sobre Economía, Política y Política Económica el texto que pronuncié y que salió en la Revista Estudios Públicos de esa época.

FOTO 4 Pie de foto Jorge Cauas Lama con Cardenal Sodano
Jorge Cauas Lama con Cardenal Sodano.
FOTO 5 Pie de foto Jorge Cauas Lama con Plácido Domingo y su señora Rosario Montero
Jorge Cauas Lama con Plácido Domingo y su señora Rosario Montero.

Jaime Antúnez: Habrá sido publicado también en nuestra Revista Societas y en el libro que hizo Francisco Orrego de las ponencias de incorporación de todos los académicos que son dos volúmenes; o en la que actualizó después el actual presidente, José Luis Cea Egaña. 

Jorge Cauas: En esas fuentes también aparece y en Estudios Públicos.

Jaime Antúnez: ¿Quién te recibió? 

Jorge Cauas: Juan de Dios Vial Larraín. Para mí fue un honor emocionante decir en ese texto más en detalle algunas de mis ideas de ese momento. En ese discurso de incorporación yo planteo qué es lo que se entiende por economía abierta y su relación con el sistema político. 

El honor que ha significado para mí ser Miembro de Número ha sido muy grande, he aprendido infinito. Este año, desgraciadamente, por las operaciones quirúrgicas, porque han sido una serie, no he podido asistir sistemáticamente, pero, en cada una de esas sesiones, siento que aprendo muchísimo. Las veces que me ha tocado intervenir he transmitido allí lo que pienso y en algunos casos, como un trabajo en conjunto que hicimos con Sergio Molina, me han resultado extraordinariamente agradables desde el punto de vista que me exigieron repensar ciertas cosas y de cuánto aprendí al recibir los comentarios. Creo que la Academia está funcionando extraordinariamente bien y no tengo más que orgullo de pertenecer a ella. 

Jaime Antúnez: Muchísimas gracias Jorge, creo que ha sido una conversación del mayor interés y sinceridad.